jueves, 17 de julio de 2008

¿Qué significa ser nihilista?

Puede significarse la esencia del nihilismo como la falta absoluta de sentido, unidad y verdad. No es aventurado suponer que, en su forma más genérica, 'nihilismo' significa que el devenir no tiende a ninguna meta, no apunta a nada, no subyace, por tanto, ningún sentido en todo cuanto sucede y, consecuentemente, no hay ninguna verdad que descubrir tras los fenómenos. Así, quien dice ser un nihilista (en estos tiempos que corren no es raro toparse con quienes se catalogan de nihilistas) debe saber que está asumiendo una determinada concepción metafísica sobre la realidad, ya que la afirmación de que no hay ningún sentido que subyazca tras el devenir de los acaeceres presupone una determinada concepción sobre el mundo y la naturaleza. La concepción nihilista, que históricamente se ha sustentado sobre algunas críticas a los sistemas metafísicos clásicos, si ha de ser consecuente, debe estar por tanto apoyada en una epistemología lo suficientemente sólida y fundamentada para hacernos pensar que la esencia del devenir consiste, como ella afirma, en una falta absoluta de sentido, unidad y verdad. De otra forma, faltando dicha fundamentación, más o menos afortunada, en la concepción de aquellos por la que se definen como nihilistas, puede correrse el riesgo de acabar confundiendo lo que significa ser nihilista.

martes, 15 de julio de 2008

¿Cómo es la vida detrás de las estrellas?

¿Cómo es la vida detrás de las estrellas?

Detrás de las estrellas el mundo es un mar helado
La transparencia es absoluta, es un cristal que no distorsiona
Un beso en una cara del mar sería percibido como un beso en la opuesta
No hay, a su través, engaños ni ilusiones
Un sonido en su extremo es el mismo sonido en el otro sin que haya viajado.
Nadie puede viajar por ese mar porque no existe el Sentido en sus aguas sin límite,
Nadie puede bañarse porque sus aguas no pesan.
Y aunque los cuerpos fueran, como son, ingrávidos caerían en una sima profunda.
En el mar no hay nombres.
No existe en los seres humanos división de sexos
En consecuencia, ni palabras. La finitud
Es una sensación placentera parecida al crepúsculo pero está inscrita de una forma velada en un sello invisible -la invisibilidad es, allí, posible y real como aquí una piedra-
En la única célula que compone lo que podría llamarse cuerpo.
Son cuerpos unicelulares sin adentro ni afuera. El orden es
La persistencia del existir: el amor
El amor es simple y en su composición no hay sino luz
Sin restos de masa, pura vibración precipitada
Por el rugido de los dioses cuando se despiertan.
Los dioses duermen entre los espacios blancos que separan las guerras
Que libran los soles. Los soles minerales libran batallas elementales
Y la oscuridad es una dialéctica de las corrientes que recorren la línea del tiempo
El tiempo es la sombra de las guerras de los soles.
La sombra y el tiempo son sueños. Los elementos unicelulares son el equilibrio, el amor
La ausencia de tiempo y sombras.
El amor es la energía ausente, la que no puede perderse pero permanece
Como mar cristalizado, como mar que al no precisar de cohesión no crea mareas
Ni olas, ni maremotos, ni peces.
Al no haber boca, ni labios, no hay rastros de sexo, no hay muerte
No hay sueño, los hombres no sueñan porque no tienen porqué preparase
Y así las lágrimas no pueden concebirse en el Mundo
Que hay más allá de las estrellas.
(Miguel Porcel Berdala)


Aforismos varios

La enfermedad del alma consiste en su incapacidad para convivir consigo misma; el aburrimiento es el síntoma.

Lo que el hombre nunca debe hacer es traicionar su propia condición.

Si cada hombre actuara movido únicamente por su curiosidad y la búsqueda de conocimiento no habría en el mundo conflicto alguno.

El hombre únicamente responde aquellas preguntas que él mismo se plantea

El lenguaje no mueve el mundo, pero es la materia prima de la que todo lo humano se origina.

Una lectura, si es provechosa, crea en el lector un nuevo órgano para pensar el mundo

La verdad, si no produce algún bien en los hombres, vale tan poco como la mentira

Dios no es una respuesta a la pregunta por el origen de todo, es sólo un síntoma de nuestra ignorancia

Las semillas de una nueva cultura yacen en el espíritu genial

Las Escuelas de pensamiento no arrancan de la tradición, sino del hallazgo de una nueva idea

La tradición no es más que un sistema de ideas caduco, que ya nadie defiende

La idea de progreso implica la idea de un fin al cual se tiende. La Escuela platónica consideraba que ese fin era la realización de la justicia en la polis; la doctrina cristiana, una sociedad jerarquizada de acuerdo con el orden divino; la ilustrada, un estado de libertad y seguridad plenas; la marxista, una sociedad autosuficiente de trabajadores. Ahora bien, ¿la Escuela es anterior al fin que se pretende alcanzar o, por el contrario, es el fin el que instaura la Escuela?, ¿la historia progresa de acuerdo a una meta o más bien es ésta, puesta ahí por los hombres, la que hace cambiar la historia?

martes, 8 de julio de 2008

Comedia es tragedia más tiempo

Creo que es en Delitos y faltas (1989) de Woody Allen donde el célebre y aclamado Lester, un presuntuoso productor de TV interpretado por Alan Alda, en uno de sus documentales autobiográficos, recuerda la fórmula 'comedia es tragedia más tiempo', aludiendo a la permisividad con la que en la actualidad se bromea sobre hechos pasados, en su día, lo suficientemente violentos como para que alguien pensara bromear sobre ellos. Muestra de este fenómeno es la ingente cantidad de chistes que se ha generando, y sigue haciéndose, sobre tragedias pasadas como el asesinato de Lincoln, el naufragio del Titanic o el atentado a las Torres Gemelas. Según esta fórmula el tiempo es lo que dispensa al hombre la posibilidad de librarse del sufrimiento, de la desgracia, constitutivos de lo trágico, y abrirse así al juego de lo cómico y de lo burlesco. El tiempo es la condición que necesita la tragedia para convertirse en comedia, el sufrimiento en una carcajada.


Puede ocurrir también, aunque sólo en ocasiones, que por el paso del tiempo se acabe convirtiendo una corriente de pensamiento, en su día muy notoria y relevante, en objeto actual de divertimiento. Por poner un ejemplo, las críticas que en su día recibió el psicoanálisis por obra de filósofos como Karl Popper o Jean-Paul Sartre se tomaron muy en serio y nadie vio en ellas un medio para ridiculizar la corriente psicoanalítica. Todo lo contrario, desde el momento de su aparición, dichas críticas se convirtieron en el objeto principal de discusión entre muchas escuelas de pensamiento. Hoy día por el contrario nos encontramos con una variedad vastísima de publicaciones sobre el mismo tema que ya no pretenden oponerse a esa ideología (ni, por cierto, a ninguna otra), sino que, sin ánimo de ofender, hacen con ella un juego, un pasatiempo, algo divertido, ensalzando su lado más idóneo para la caricaturización. ¿Es la proliferación de textos y documentos que hacen de la ideología una comedia el síntoma que mejor nos da a entender que aquélla está definitivamente superada?


Pregúntenselo a Woody Allen y atiendan su concepción del sexo y del psicoanálisis: