viernes, 2 de febrero de 2018

Apariciones

Camino a mi lugar de trabajo como habitúo a hacerlo. Bendita rutina. Siempre ahí, esperándote. La misma mujer de cabello rizado que se cruza. El mismo niño corriendo al autobús. La misma anciana que apoya pesadamente su ligero bastón. La ciudad se descubre siendo la misma. Bendita rutina. Las mismas ideas rondando la cabeza. A veces, sin embargo, alguna de ellas se separa. O un transeúnte, que resulta ser alguien conocido. Te merece tu atención. Conversas. Y vuelves a aquella idea que habías dejado como suspendida, quizá para siempre. 

Hay que entrar a trabajar.