jueves, 25 de diciembre de 2008

Ensayos

ENSAYOS

1

No digas nada,
pon tu silencio a prueba.
No será por tu boca por donde llegue
la palabra,
sino a través de la muralla de tu carne,
de tu piel y de tus ropas.

No vivas del desgarro
ni hagas de tu cuerpo herido
una sanguinolenta estatua de san Sebastián,
o del Cristo atado a la columna,
que las turbas celebrarían con unívocos cantos.

Acepta que la palabra nazca
cubierta de tu vieja miseria : límpiala
y mírale con amor a la cara,
al sinsentido de su ser.
No busques tus ojos en sus cuevas
donde reside la noche silenciosa de la luz
que, alcanzado el día, propiciará nuevos desvelos
a quien la llame y escuche,
tal es la condición de los enamorados ojos
capaces de leer en los vacíos:
el deseo.


(Miguel Porcel Berdala, 4 de Diciembre de 2000)