sábado, 29 de diciembre de 2012

Cómo no hacer cosas con palabras

Otro de los presupuestos sobre los que se sostiene el nuevo modelo educativo que propone el borrador de la LOMCE dice así: "La globalización y el impacto de las nuevas tecnologías hacen que sea distinta su manera de aprender, de comunicarse, de concentrar su atención o de abordar una tarea." (p.4) Al respecto, no creo que el impacto de las nuevas tecnologías haya cambiado nuestra manera de aprender. Las TICs se limitan a ofrecer nuevos recursos para el aprendizaje, pero estos no llegan a modificar el cerebro hasta producir cambios en el modo de aprender. ¿O acaso no siguen siendo necesarias la memoria y la comprensión para la asimilación de ideas y conceptos? Tampoco creo que el lenguaje visual, icónico, esté sustituyendo al lenguaje abstracto o simbólico, como algunas ideologías pretenden hacernos creer. Lo hará, sí, pero solo en quienes decidan convertirse en televidentes o twitteros.

Fruto de ese presupuesto erróneo, nace ahora la idea, también equivocada, de que las TICs son imprescindibles para adecuar los contenidos a esa supuesta manera de aprender consistente en "aprender haciendo": "La tecnología ha conformado históricamente y conforma en la actualidad la educación. El aprendizaje personalizado y su universalización como grandes retos de la transformación educativa, así como la satisfacción de los aprendizajes en competencias no cognitivas, la adquisición de actitudes y el aprender haciendo, demandan el uso intensivo de las tecnologías. Conectar con los hábitos y experiencias de las nuevas generaciones exige una revisión en profundidad de la noción de aula y del espacio educativo, solo posible desde una lectura amplia de la función educativa de las nuevas tecnologías (...) Las TIC serán una pieza fundamental para producir el cambio metodológico que lleve a conseguir el objetivo de mejora de la calidad educativa. Asimismo, el uso responsable y ordenado de estas nuevas tecnologías por parte de los alumnos debe estar presente en todo el sistema educativo. Las TIC serán también una herramienta clave en la formación del profesorado y en el aprendizaje a lo largo de la vida, al permitir a los ciudadanos compatibilizar la formación con las obligaciones personales o laborales, así como para la gestión de los procesos." (p.8)

Si la escuela del futuro acaba convirtiéndose en lo que espera la LOMCE, un lugar de encuentro e intercambio de experiencias y ejercicios prácticos a través de las TICs, me temo que llegará un día en que nuestros alumnos sean incapaces, no ya de esta forma de aprendizaje, sino de otra cualquiera. Uno de los ideólogos de este nuevo planteamiento educativo es Roger Schank, catedrático de Piscología y Computación en la Universidad de Yale y fundador del Instituto para las Ciencias del Aprendizaje de la Universidad Northwestern, dedicado a promover esta nueva forma de entender la educación que destierre definitivamente nuestro actual modelo educativo, el cual a su entender se limita a promover conocimientos irrelevantes, inservibles y aburridos: 

El método de educación que se está usando en todo el mundo está equivocado; es aburrido, es irrelevante y todos se olvidan de lo que aprenden. Normalmente, no aprendes nada en la escuela. Es una educación de fantasía: tan pronto como acabas un tema, lo olvidas, y empiezas a enfrentarte a algún otro. Creo que no podemos permitirnos mantener esta clase de educación más tiempo. Uno aprende a ser médico siendo médico, a ser periodista siendo periodista o a ser abogado siendo abogado; y las escuelas han ido alejándose cada vez más de la práctica real, han sido tomadas por profesores o académicos. Te hacen aprender los ríos de España: nadie sabe qué significa; te hacen aprender álgebra: nadie sabe por qué; todo lo que enseñan en la escuela es irrelevante. La gente aprende mediante la práctica. Nuestro MBA es experiencial, lo que significa que vas a practicar: nadie te va a dar una lección y nadie te va a dar un libro: no hay cursos, no hay teoría (entrevista publicada en el diario El Mundo)

Al respecto, me pregunto si puede alguien, no ya ser un buen médico o un buen docente, sino simplemente ejercer la medicina o la docencia sin antes haber adquirido y asimilado una cuantía suficiente de conocimientos en su disciplina. Si reparamos en prácticas más elementales, como la magia o los ritos religiosos, es fácil descubrir que incluso el mago o chamán debe imbuirse de conocimientos sobre el sentido de su religión o la forma de contactar con sus deidades para realizar su labor. Justamente lo que el sistema educativo ha de fomentar y potenciar es la enseñanza de contenidos teóricos, por muy tedioso que resulte, pues estos son los que luego han de servir al alumno en su carrera profesional. De hecho, uno de los graves problemas que se deriva de los actuales sistemas educativos, a mi entender, consiste en la sobreabundancia de itinerarios, programas y actividades que resta tiempo al alumno para que pueda asimilar los contenidos fundamentales. Como estudiante universitario, siempre he echado de menos aquellos programas en los que se estudiaba en todo un curso escolar la teoría de Platón, y me he tenido que conformar con superfluas e inconexas aproximaciones a su pensamiento desde diferentes asignaturas. Si a esto añadimos la idea de Schank de que el aprendizaje práctico debe subyacer y constituir al teórico, no sé qué tipo de preparación llevarán nuestros estudiantes del futuro.

jueves, 27 de diciembre de 2012

El talento para destruir talentos

Son muchas las promesas que anuncia el segundo borrador de la LOMCE en sus primeras páginas, pero muy pocos los propósitos en los que se especifica la forma de llevarlos a término. Es el caso del propósito de establecer los mecanismos necesarios para descubrir los talentos singulares de cada alumno: "Todos los estudiantes poseen talento, pero la naturaleza de este talento difiere entre ellos, por lo que el sistema educativo debe contar con los mecanismos necesarios para reconocerlo y potenciarlo. El reconocimiento de esta diversidad entre alumnos en sus habilidades y expectativas es el primer paso de cara al desarrollo de una estructura educativa que contemple diferentes trayectorias." (p.1)

El problema no es sólo que no se diga nada acerca de cuáles deben ser estos mecanismos, sino que no se pone en cuestión su existencia. Después de todo, quizá no existan. El sentido común nos dice que conforme el estudiante va esforzándose y afrontando los problemas con los que se encuentra en su aprendizaje, va descubriendo aquello que se le da mejor y aquello que le cuesta más. Al fin y al cabo, el talento no es más que eso: tener facilidad para el desempeño de una actividad. No creo que el talento sea algo que pueda descubrirse de golpe, sino progresivamente y, en todo caso, es uno mismo quien lo ha de reconocer, y no instancias externas mediante yo que sé que mecanismos. El borrador, contrariando el sentido común, incide sin embargo en que uno de los fines de la educación debe ser el de fijar la atención sobre los alumnos, cual objetos a examinar, para descubrir en ellos sus diferentes y variables talentos: "Para ello, todos y cada uno de los alumnos serán objeto de atención en una búsqueda de desarrollo del talento, que convierta a la educación en el principal instrumento de movilidad social, ayude a superar barreras económicas y sociales y genere aspiraciones y ambiciones realizables para todos." (p.1)

Me temo que este ensayo que promueve la LOMCE para descubrir talentos no hará más que frustrarlos, y es que la educación no debe dirigir al alumno, sino permitir que sea éste quien dirija su propio aprendizaje. El sistema educativo no puede ni debe garantizar que las decisiones del alumno respecto a su porvenir académico y profesional se correspondan con sus verdaderos talentos y capacidades, fundamentalmente, porque estos no son muchas veces estables ni definidos, sino variables y multiformes. El sistema lo que debe garantizar es que, cualquiera que sea el itinerario que haya elegido el alumno, éste esté lo suficientemente preparado para cursarlo.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Sospecha

Indudablemente la LOMCE no solo es una ley que regula la educación de los próximos años. Es el planteamiento de una manera de entender la educación. Según leemos en sus primeras páginas, la LOMCE plantea la necesidad de implantar un nuevo modelo educativo ante los problemas que están afectando a la calidad educativa.

La argumentación que justifica la necesidad de implementar este nuevo modelo es bien sencilla:

Premisa 1: los resultados no son buenos (excesivo fracaso escolar, malos resultados según el informe PISA...)

Premisa 2: los resultados son una consecuencia de la aplicación de un modelo educativo

Premisa 3: la aplicación del actual modelo conlleva a aquellos resultados negativos

Conclusión: hay que cambiar de modelo

¿Pero quién establece el criterio por el que un resultado es positivo o negativo?, ¿quién elige al organismo responsable de evaluar la calidad educativa? Vaya, resulta que son los mismos que los que necesitan justificar la necesidad del nuevo modelo educativo. ¿No resulta sospechoso?  

En futuros post navideños trataremos de poner en cuestión algunos de los supuestos que vertebran este nuevo modelo que la LOMCE erige como el salvador de la educación en nuestro país.

domingo, 9 de diciembre de 2012

En defensa de la historia de la filosofía



En este post, que el blog Antes de las cenizas  me invita a escribir, abordaré la cuestión de por qué creo importante la presencia de la Historia de la Filosofía como materia troncal en nuestro sistema educativo, confiando que otros colegas e interesados sigan el camino y escriban a su vez sobre el tema.
 
La historia de la filosofía es la historia de las grandes ideas y concepciones sobre el mundo y el ser humano que hasta el momento se han realizado. Es, antes que nada, una historia, una narración, que desde el presente se realiza en vistas a un fin. Como cualquier otra narración, la historia de la filosofía es imprescindible para que, aquellos que quieran pensar desde ella, tengan una idea clara sobre lo que en el momento actual tiene sentido pensar y preguntar. En sentido popperiano, la historia es un saber acumulativo, o mejor, aproximativo a la verdad, de forma que, por ejemplo, a la luz de la historia de la ciencia, en física o astronomía ya no tiene sentido plantearse una concepción geocéntrica del universo. Por lo mismo, tampoco en filosofía tiene ya lugar defender una concepción substancialista del mundo o plantearse cuestiones como por qué vías se comunican el alma y el cuerpo. La historia, en este sentido, desempeña la labor fundamental de advertinos qué es lo que tiene sentido preguntar y qué, habiendo sido suficientemente superado, ya no tiene lugar (y, si lo tiene, tendrá que ser salvando los problemas que en su día volvieron insostenible la teoría)
 
¿Pero por qué es importante que nuestros alumnos conozcan lo que tiene sentido preguntar y lo que no en filosofía?, ¿qué aporta la filosofía a la sociedad?, ¿para qué hay filósofos? La filosofía, más que responder a una finalidad o a un capricho, responde a una necesidad: la de buscar la verdad. Ya ha quedado demostrado que la visión cientificista del conocimiento, que ilusamente piensa que la ciencia puede abordar y solucionar todos los problemas, se sostiene en postulados, además de falsos, no derivados de métodos científicos, por lo que la ideología cientificista es una incongruencia en sí misma. No, la ciencia no es un saber autosuficiente en ese camino aproximativo hacia la verdad, sino que necesita contar con la reflexión filosófica que piensa allí donde la ciencia está ciega. Podríamos definir la filosofía como la ciencia que se hace consciente de sí misma, que se mira al espejo y descubre que todavía quedan cuestiones por aclarar, preguntas que resolver, caminos por abrir. Es verdad que podría haber ciencia sin filosofía, pero sin ésta, aquélla quedaría coja, insuficiente, parcial, y habríamos de ceder en nuestro empeño de aproximarnos a la verdad.


 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

Tiempo sin historia (de la filosofía)

Ayer noche conocí la versión segunda del anteproyecto educativo que propone el ministro Wert. ¿Se llevará a término este plan que no cuenta con la historia de la filosofía como materia troncal de 2º de Bachillerato?, ¿se llegará a realizar un proyecto educativo que prescinda de la historia de las ideas y de las concepciones del mundo y del ser humano?, ¿podrán continuar las facultades de filosofía si los alumnos se ven privados de la posibilidad de acercarse a ella?, ¿podrá sobrevivir la filosofía sin instituciones y escuelas que encaucen su estudio?, ¿y podrá el hombre desarrollar su humanidad sin filosofía?, ¿pero acaso esto importa a los que deciden sobre estas cuestiones?, ¿acaso no es más fácil controlar a sociedades encadenadas a un tiempo sin historia que a sociedades abiertas a nuevas metas?... Ya advirtió Orwell que el poder total presupone borrar la historia, más aún, la idea misma de que alguna vez ésta existió... Y quizá, después de todo, el fin de la filosofía sea necesario, una consecuencia irreversible del desarrollo del sistema liberal democrático y capitalista...

Reflexionaba sobre ello mientras iba a mi lugar de trabajo, temiendo la posibilidad de que fuera hoy el último día en que pudiera explicar a mis alumnos la concepción agustiniana del hombre.

Red Española de Filosofía

LOMCE y filosofía: peor todavía

¿Una escuela sin filosofía?

Imágenes morales