sábado, 2 de junio de 2012

¡Aficionados! (al Ciclismo I). La metamorfosis de los sueños en sudor







Las fotos que me inspiraron este texto las tomé el pasado sábado en los puertos que fui coronando (Aspin por Arreu, Tourmalet por St. Marie de Campan, Luz Ardiden por Luz Saint Sauveur, Tourmalet por Luz Saint Sauveur, Aspin por St. Marie de Campan y Pla D´Adet por Saint Lary, respectivamente). Fue un día duro pero necesario.


¡Aficionados! (al Ciclismo I). La metamorfosis de los sueños en sudor.

En la lejanía el reto es un bello principio, evocador y fácil de alimentar, pero cara a cara se torna en ese cigarro que te hace toser y sólo queda aplastarlo con rabia, no hay otra forma de cumplirlo.

En las distancias cortas ya no hay princesas, sólo avariciosas prostitutas de puerto y bregados marineros. No hay amor, tan sólo fricción.

Cuando el General revienta la burbuja los sueños truenan y se alojan en las piernas y comprendes que ya no habrá grandes fotografías, el paisaje se viste de uniforme de campaña.

Siempre que lo onírico se torna en líquido el ejército irrumpe en la sala, y silencia a la orquesta en su mejor canción, y suenan palabras de gloria, de objetivos, de victoria y de sacrificios, y toca avanzar, se impone la obligación.

Pocos días habrá ya de naipe y retaguardia.

Se acabó el chasquido de las persianas de los bares cerrando a las cinco de la mañana.

Adiós a las jornadas de lluvia, viento o crematorio, el esfuerzo es ciego, el avance implacable, ¿qué importa el decorado?

La melodía de las ruedas navegando por el asfalto enmudecerá ante los bufidos y lamentos, socarrones sonidos, espeluznantes proclamas.

En la maldita hora de tragar saliva ya no hay salida, imposible escurrir el bulto, la trituradora de carne está en marcha y sólo queda cerrar el puño y golpear a ese reto que tan inocentemente te acompañó en los meses de invierno.

El sueño, el reto, ha crecido, fácil de alimentar, ya lo he dicho, y ahora es un monstruo, un tú o yo, un necesitar aún sin querer.

Siempre pasa igual, en algún momento el anárquico rock and roll da paso al corsé de las marchas militares.

¿Quién dijo que soñar es gratis?


Samuel Porcel Dieste.