domingo, 10 de junio de 2012

Invitación para otros tantos años

INVITACIÓN PARA OTROS TANTOS AÑOS

Y habrá que ver las destartaladas terrazas
donde se guardan los triciclos viejos,
que el tiempo menguó y cubrió de extrañeza,
habrá que ver los almendros perdidos enmedio del invierno,
floreciendo a raudales,
mostrando al frío su sacrificio,
habrá que ver esos vientos invernales
que se cuelan hasta el junio de las avenidas
y el solitario sol de los bancos vacíos del agosto,
habrá que ver la noria de los octubres secos,
rodando una vez más alrededor de la luz enardecida,
y los abetos de diciembre
a los pies de los cuales pastan caballitos de cartón,
todo, y cada vez, habrá que verlo
y cada amanecer desconocido
y cada tarde de juicio final en la que el reo
siéntese excarcelado para siempre
y bebe,
habrá que verlo todo hasta el final
para lo cual mejor será que me prestes tus ojos.


14 de enero de 2000
Miguel Porcel