jueves, 21 de mayo de 2020

La lección de Chang Lien

¿Cómo hacemos para que un ser humano sea, además, un ciudadano? ¿Cómo hacemos para que un ciudadano mire, además, por encima de su obligo? ¿Y cómo hacemos para que un buen ciudadano quiera, además, su ciudad? Me temo que una educación, como es la nuestra, pública o privada, laica o religiosa, basada en el adiestramiento y la ejecución, como si el enseñar consistiera en decir lo que tienen que decir los alumnos y en exigirles hacer lo que tienen que hacer, ni los hombres serán ciudadanos ni los ciudadanos amarán su ciudad. No es la conversión el fin que ha de mover la educación, como si los alumnos conformaran ejércitos que esperan ser adiestrados para la lucha y la supervivencia, sino que, todo lo contrario, la educación ha de prevenir al educando de cualquier forma de conversión.


Pu Ya miraba a su alrededor, con hambre, con soledad, con miedo. No había nadie. Sólo oía el rumor del agua en la arena y el trino triste de los pájaros. En ese momento se sintió mucho más débil y lanzó un suspiro, y dijo: «¡Ésta es la lección del maestro de mi maestro!». Empezó entonces a tocar la guitarra, cantando, y lloraba con dulzura. Luego lloró en el fondo de su corazón y sólo las lágrimas eran sonidos. Cuando el canto ya moría en sus labios, regresó Chang Lien, lentamente, sobre el agua. Pu Ya subió a la barca que Chang Lien empujaba con la vara. Pu Ya se convirtió en el mejor músico del mundo. (La lección de música, Pascal Quignard)

4 comentarios:

M. A. Velasco León dijo...

Sí, hemos aislado la educación, como si fuera tan sólo lo que se imparte en las escuelas los institutos y las facultades universitarias, cuando realmente forma parte fundamental e inseparable de cualquier cultura, incluidas las que, por suerte en muchos casos, carecen de sistema educativo. La educación, como la enseñanaza de Chang Lien, empieza necesariamente por los más próximos, con frecuencia a través de rituales incomprensibles para el educando. Y si una sociedad pierde de vista que toda ella es quien educa, para creer que se trata de una función desempeñada por una institución, un sistema, una escuela, ha dejado de formar ciudadanos que formen parte de ella.
Salud

David Porcel Dieste dijo...

No se podía expresar mejor. Gracias

Ricard Mitjana Solé dijo...

LEYENDO ESTA ENTRADA ME DA LA IMPRESIÓN DE QUE ESA EDUCACIÓN A LA QUE HEMOS LLEGADO ES UNA EDUCACIÓN PARA AUTÓMATAS, BASADA EN LA INMEDIATEZ Y NO EN LA REFLEXIÓN Y LA INTROSPECCIÓN.

David Porcel Dieste dijo...

Qué alegría verte pasear por aquí. Así es. Si no queremos caer en tópicos y alejar del pensamiento a nuestros alumnos, hemos de andar precavidos. Diría que generando espacios para el encuentro y la reflexión conjunta.