sábado, 24 de abril de 2021

Cualidades de aprendiz

Un cuento zen, llamado El zen de Joshu, dice así:

    Joshu inició el estudio del zen cuando tenía setenta años
y lo prosiguió hasta los ochenta, cuando comprendió lo que
era el zen.
    Enseñó desde los ochenta años hasta los ciento veinte.
Cierta vez, un alumno le preguntó:
- ¿Qué debo hacer si no tengo nada en la mente?
- Arrojarlo -replicó Joshu.
- Pero si no tengo nada, ¿cómo puedo arrojarlo? -insistió
el que interrogaba.
- Bueno -dijo Joshu-, entonces llévalo a cabo.

(101 cuentos zen, Al cuidado de Nyogen Senzaki y Paul Reps)






Está visto que al intrépido alumno todavía le queda mucho por saber. Porque no escucha, no plantea las preguntas adecuadas. Esta puede ser la lección del cuento, y de la vida de Joshu: aprende a escuchar antes de preguntar. También, que la perplejidad es el origen de la búsqueda. Humildad y afección para la confusión. Quizá, las dos cualidades que hicieron de Joshu un maestro, y del joven un aprendiz.

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