sábado, 3 de noviembre de 2012

La filosofía: el complemento perfecto

Con ocasión del nuevo anteproyecto de la LOMCE de nuestro "querido" Ministro Wert se han escuchado algunas voces de profesores de filosofía reivindicando el valor de ésta y la necesidad de que, de alguna forma, esté presente en la etapa de la enseñanza obligatoria. No puedo estar más de acuerdo con la reflexión que hace unos días sacaba a lucir mi amigo y compañero Felipe Garrido en su blog  Antes de las cenizas acerca de los motivos por los que la filosofía debe continuar en dicha etapa.

En efecto, desde cualquier concepción del conocimiento, debe suponerse a la filosofía el complemento perfecto para cualquier formación científica. No es de extrañar, en este sentido, que la mayoría de los grandes filósofos también sean grandes científicos, y muy pocos científicos pierden la ocasión de hacer sus miguitas en el ámbito de la filosofía. Y es natural que ello sea así porque es el mismo el deseo que anima tanto la labor científica como filosófica. Se trata de la búsqueda incansable de la verdad, de esa Verdad con mayúsculas que sobrevive a los sucesos más atroces y se cultiva allí donde hay rastros de humanidad.

¿Y no es la enseñanza una ocupación que persigue como fin último la aproximación a la verdad? No a cualquier verdad, naturalmente. No imagino a un filósofo contando los pelos de una persona para enseñarle el número verdadero de pelos que tiene en la cabeza. ¿Pero acaso a alguien puede preocuparle saber cuántos pelos tiene? Hay verdades que se buscan y otras que se ignoran. La filosofía se ocupa de la investigación de las verdades que se buscan, lo mismo que la ciencia, solo que la filosofía es el complemento perfecto, piensa allí donde la ciencia está ciega. Me atrevería a definir la filosofía como la ciencia que se hace consciente de sí misma, que se mira al espejo y descubre que todavía quedan conceptos e ideas por aclarar, que todavía queda mucho por aprender.

6 comentarios:

M. A. Velasco León dijo...

No sólo desde el punto de vista del rigor científico la filosofía es necesaria, creo que si pretendemos ofrecer resortes vitales, no simplemente profesionales, y una capacidad de visión crítica y holística del mundo habitado, la filosofía es necesaria. Muestra a nuestros alumnos que las cosas no son cálculos cerrados sino ricas construcciones, lo cual no excluye que sean rigurosas.
Otra cuestión, y habría que debatirla largamente, es la de cómo enseñar a filosofar, siguiendo la diferenciación del viejo Kant.
Salud

David Porcel Dieste dijo...

En efecto, Miguel Ángel, el componente crítico y holístico es inherente a la filosofía, consubstancial a ella. Pero creo que los argumentos fundamentales para justificar la importancia de las ciencias en el currículo son los mismos que los que han de apoyar a la filosofía. Vamos, que todos, científicos y humanistas, profesores y alumnos, en el fondo, estamos aquí para lo mismo: hacer cada día un poco más comprensible el mundo en que vivimos. Saludos.

Manuel Marcos dijo...

Magníficos comentarios además. No voy a añadir nada más, sólo del texto, que me ha gustado mucho, David, cuando dices que hay verdades que se buscan y otras que se ignoran. En el calado que tiene, habita la complementariedad de la filosofía. Miguel Ángel, preciosa idea la diferencia entre cálculos cerrados y ricas construcciones.

Salud

David Porcel Dieste dijo...

Gracias por tu amable comentario. Saludos

Anónimo dijo...

Me parecen muy buenos y bien intencionados tus comentarios, pero dentro de una clase de filosofía. Los políticos como Wert y el resto de su patulea juegan en otra liga y a esos razonamientos son impermeables en sentido extremo.

Saludos cordiales.

David Porcel Dieste dijo...

Claro, qué lejos estamos de aquellas épocas en las que el dominio de la lógica, la matemática y la argumentación eran un requisito para estar en el gobierno. Afortunadamente, lo que seamos no tiene por qué depender de lo que nos dicen que tenemos que ser. Saludos cordiales.