lunes, 11 de febrero de 2013

Promesas visibles

La técnica exige un hombre visual, y el hombre que vive en el medio técnico exige que todo pueda visualizarse (…) La perfecta integración en el sistema técnico sería la de un hombre adaptado al funcionamiento, fascinado por la creciente facilidad de la vida y divertido y evadido en el reino de las imágenes. (J. M. Esquirol, Los filósofos contemporáneos y la técnica)
 
 

 
Imágenes epidérmicas, translúcidas, que no conducen a ninguna revelación, sino que, más bien, se quedan en la promesa.

6 comentarios:

M. A. Velasco León dijo...

Si la superficie fuera suficientemente gratificante no importaría el no ir más allá, pero nos deja con las ganas, cuando menos a mi. Sigo creyéndome aquellas palabras de Saint-Exupéry: "lo esencial es invisible a los ojos, sólo se ve bien con el corazón"
Salud.

David Porcel Dieste dijo...

Eso es, nos deja con las ganas, porque tenemos ganas de más. Vivimos rodeados de información, pero no nos satisface vivir únicamente informados. El problema comienza cuando desatendemos esas otras demandas, bien por desidia, bien por alguna otra carencia de la que además se alimentan aquellos que solo piensan en ganar dinero a base de entontecer a las masas. Saludos.

David Porcel Dieste dijo...

....claro que hay carencias que ya no sé si pueden ser suplidas desde la sociedad, o, más bien, forman parte del ser...

M. A. Velasco León dijo...

Tal vez des en la diana, David, ese deseo incolmable del que solía hablar Lacan o esa sorpresa ante el defecto de ser de que todo adolece, del que hablaba Cencillo.
Salud

Anónimo dijo...

La imagen les es necesaria para alimentar la necesidad por la recompensa, por el premio. Se ha prescindido del camino en aras de alcanzar un final, como si esto último fuese lo importante. En su tinglado capitalista la imagen les es imprescindible.
Fdo: Areta Investigación.

David Porcel Dieste dijo...

Estoy de acuerdo: lo gratificante es el camino, el proceso. Cuando no hay camino, tampoco hay término, y entonces es natural que estemos como al principio. Y cito a Heidegger: "que nosotros, con tanta técnica, aún no experienciamos lo esenciante de la técnica; que nosotros, con tanta estética, ya no conservamos lo esenciante del arte.” (La pregunta por la técnica)