viernes, 24 de abril de 2020

Nuevos Aladinos

Hay amenazas frente a las que siempre habrá que estar en guardia...

Cuando me adentré por primera vez en Las mil y una noches, durante mis años universitarios de Salamanca, y llegué a la noche de Aladino y la princesa Budur, me pregunté qué sería de nuestro mundo si la lámpara fuera a caer a unas manos tan ingenuas como las de Aladino y tan feroces como la pasión que sentía por su amada. La lámpara no era como la fórmula de la invisibilidad o la naturaleza mejorada de héroes de los ochenta como Batman o Robocop, que beneficiaban básicamente a quien las disfrutaba. La lámpara prometía cambios en pueblos, ciudades, y más allá, de continentes enteros, pues el único freno de su poder residía en el letargo o el agotamiento de su portador. Veía la lámpara como un peligro enorme, no sólo porque obedeciera a deseos sin atender a cuestiones morales sino por ser objeto potencial de codicia universal.


En lo que no reparé es por qué tenía que ser frotada para hacer salir al genio, esto es, para activarla o hacerla funcionar. Un gesto que, indudablemente, nos pone en contacto con el cuerpo, con el tacto y el ser a la mano; en definitiva, con la naturaleza que todavía nos vincula, como nada lo podrá hacer, a las cosas y a los otros. Que el deseo necesite de la materia y que la materia necesite de la forma (o de la técnica) es algo en lo que sí han tenido que reparar las grandes amenazas globales:

"Pues todavía llegaremos a experimentar cómo las modernas bio-ciencias se convierten en una tentación para la política. Los proyectos de transformación, castigo y «mejora» del hombre recibirán un nuevo impulso. La amenaza del futuro no se cifra tanto en una nueva edición del fascismo nacional, cuanto en el moderno «bio-fascismo». Por bio-fascismo entendemos el trabajo con el «material humano» bajo la perspectiva de lo que puede hacerse o manipularse sin límites. En un nuevo nivel tecnológico y desde el trasfondo de una población excesiva, la eugenesia y la destrucción de «la vida que no merece vivir» pueden convertirse de nuevo en un tema actual." (El Mal, Rüdiger Safranski)

6 comentarios:

Anónimo dijo...

Para algún desocupado que le interese el asunto que traes, recomiendo la lectura de Auschwitz, comienza el siglo XXI?, de Carl Amery. En fondo de cultura económica.Para no simplificar-nos al hablar de fascismo.

David Porcel Dieste dijo...

Gracias por traernos esta referencia. No la conocía.

Robin de los bosques dijo...

Estaba leyendo la última frase y me he acordado de un artículo que he leído hoy sobre la pandemia en Egipto, en Siria y en Irán (https://www.revista5w.com/when/la-pandemia-egipto-iran-y-siria#.XqSm0na3_KA.whatsapp) y me preguntaba si alguna vez dejaron de haber vidas que no merecieran vivir. Entiendo que a lo que se está refiriendo Safranski con bio-fascismo, no sólo es una cuestión de grado respecto a lo qué ahora sucede. Pero de una forma u otra forma, la indiferencia moral hacia las desigualdades sociales ya determina la vida y la muerte de muchas personas.

David Porcel Dieste dijo...

Sí, la indiferencia moral es otra forma de degeneración social, por desgracia, muy extendida. Safranski insiste en que no puede desligarse la ciencia y la técnica de la moral y de la política. Da a entender que la naturaleza del mal, en este caso, aparece en el momento en que la cosificación del ser humano (considerándolo como recurso, reserva, residuo, material, etc...) se convierte en presupuesto de la acción, da igual si es amparada por la bandera del progreso que por la del imperio. Por desgracia, el bio-fascismo no se exitinguió con los totalitarismos del siglo XX.

M. A. Velasco León dijo...

Lo que dices de Safranski deja claro que hay vicios que transcienden las ideologías políticas, son cegueras de época, podríamos decir. Lo mismo en el siglo XIX tanto capitalistas como marxistas e incluso anarquistas veían con buenos ojos y sin cautela alguna el progreso científico y sobre todo sus aplicaciones industriales.
Me interesa mucho tu alusión al tacto, ya sabes que ando por esas órbitas.
Salud

David Porcel Dieste dijo...

Exacto, esa es la idea. Sí, sí, yo ya me guardo algunas ideas tuyas que he recogido de tus últimas entradas, muy buenas ellas.