El Catedrático de Sociología Emilio Lamo de Espinosa, en un artículo recientemente publicado en el ABC (24-08-09), defiende que el verdadero reto al que se enfrentan las sociedades actuales consiste en cómo gestionar los problemas globales que van apareciendo. El reto está en encontrar (o construir) las herramientas que son necesarias para abordar los nuevos problemas que, como es el caso del terrorismo, la delincuencia organizada, la proliferación de armas nucleares, la carrera armamentística, los movimientos migratorios, las pandemias, los problemas medioambientales o la pobreza, debido a su naturaleza global, total, trascienden los límites de los Estados y Naciones:
Tenemos, es cierto, un nuevo (des) orden internacional, altamente conectado (más que nunca), y todavía constituido por Estados como unidades básicas, que es la base del sistema inter-estatal de Naciones Unidas. Pero al tiempo aflora algo radicalmente nuevo en la histioria de la humanidad: una sociedad abierta global que salta por encima de los Estados y deja obsoletos a ellos y a los organismos internacionales, nueva sociedad que exige, no otro orden internacional más, sino algo distinto y nuevo.
El problema, por tanto, no consiste tanto en la cuantía y embergadura de los problemas que se avecinan como en la naturaleza de éstos, que inutiliza el tipo de herramientas con los que hasta ahora han contado los Estados. El Estado de Derecho, la ciencia económica y política, la labor científica,..., deben hacer frente a una serie de asuntos que, por su naturaleza, rebasan las posibilidades de aquéllos, lo cual hace que cada vez sea más urgente pensar en nuevas posibilidades de diagnóstico y tratamiento de problemas. Por ello, antes de embarcarnos en aquella tarea, debemos preguntarnos por nuestra capacidad para descubrir los nuevos medios ateniéndonos al conocimiento de la naturaleza de los problemas venideros, a fin de constatar las razones por las que no funcionan los medios presentes y averiguar la efectividad de los futuros.
Me aventuro a suponer, como ya intuyó en el siglo pasado el pensador Ernst Jünger, que el nuevo reto acabe constituyendo, si no lo está haciendo ya, un nuevo tipo de hombre que, sintiéndose ciudadano del mundo global, sea capaz de una visión total que abarque la conexión e imbricación de los problemas transnacionales, para lo cual habrá de adueñarse de los medios totales que permitan descubrir y afrontar dichos problemas. Piénsese que un indicio de que este tipo de hombre está ya configurándose es que efectivamente acontece ese conocimiento global del que, en este caso, el sociólogo Emilio Lamo nos hace partícipes. Lo que cabe prever, por tanto, es que los nuevos retos acaben constituyendo un nuevo tipo de ciudadano capaz de respondabilizarse del bienestar de la ciudadanía global:
Ahora bien, en la medida en que los elementos que estaban en la base de la movilización de la técnica eran naturales, mitológicos y planetarios, las fronteras del Estado-nación eran siempre demasiado estrechas para la tarea del Trabajador. Sin duda, no se trataba de un nuevo imperialismo. El imperialismo se basaba siempre en la diferencia entre civilizados y bárbaros y, para una etapa planetaria dominada por el Trabajdor, regía el supuesto democrático extremo de la igualdad de todos los seres humanos como elementos de la movilización mundial de la técnica (José Luis Villacañas Berlanga, 'Técnica y nihilismo' en Ernst Jünger y sus pronósticos del Tercer Milenio)
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