sábado, 6 de septiembre de 2025

Saltos rutinarios

Los horarios imponen orden y disciplina donde antes no había nada. Pronto, muy pronto, tendremos que adecuar nuestros relojes y despertadores a las pautas que los días repetirán. Quizá, una o dos mañanas sean más llevaderas, quizá podamos dormir un poco más o salir un poco antes. Pero también esto acabará normalizándose y tendremos sed de fin de semana. Sin embargo, la rutina, el orden, la disciplina, son, al mismo tiempo, condición para salir de ellos e iniciar nuevas partidas. Por ejemplo, para encontrar esos momentos de perfecta regularidad que dejan vacante la mente pudiendo diseñar nuevos planes de acción. O para descubrir en la uniformidad el trampolín que necesitamos y asaltar nuevos universos. La rutina nos abre a ese espacio de relativo sosiego desde el que poder trabajar más ofensivamente, provocando cuanto nos rodea descubriéndolo de manera distinta, llevando al conocimiento a nuevas temperaturas, generando en los alumnos nuevas formas de pensar que, de otra forma, doblegadas a la obediencia que impone la disciplina, jamás hubieran tenido lugar.


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