lunes, 27 de febrero de 2012

Aforismos X

No se puede fijar lo intemporal en el tiempo; no porque lo intemporal no exista, sino porque el tiempo no se presta a ello.


Una idea, una obra, solo expresan lo que aconteció a un hombre en un momento determinado. Nada más.


Si amáramos a todos los hombres como lo hacemos a nuestros seres queridos, no habría lugar para la guerra ni para la violencia. Por tanto, si las hay, es solo por limitación o condensación del amor.


La muerte no es el paso del ser al no ser, o a un superlativo Ser; la muerte no es paso de nada. Es lo único que no pasa.

sábado, 25 de febrero de 2012

El Dios que todo lo sabe ya es posible

En el blog del filósofo Fernando Broncano leemos: "El número de febrero de Investigación y ciencia trae varios informes asombrosos. Entre ellos, la nueva que nos cuenta David Weinberger acerca del Simulador de una Tierra Viva (LES) promovido por Dirk Helbing, físico y titular de la cátedra de sociología de la Escuela Politécnica Federal de Zürich. El proyecto, uno de los seis finalistas del programa Proyectos Punteros en Tecnologías Emergentes y Futuras de la Comunidad Europea, que bajo el eslogan "Ciencia más allá de la ficción", puede ser financiado con mil millones de euros. El sueño de Helbing es construir un modelo que simule la Tierra en tiempo real: que pueda utilizarse para predecir, por ejemplo, las consecuencias de la salida del euro de Grecia o la probabilidad de la próxima gripe aviar. El modelo necesitará una desmesurada cantidad de datos de toda índole, una tupida y extensísima red de informadores y, por supuesto, máquinas adecuadas para este trabajo. John Wilbanks, el vicepresidente científico de Creative Commons apoya el trabajo, aunque sostiene que es mejor cambiar la ideología de un sistema centralizado por un supersistema en red que conecte a través de la red semántica miles de simuladores y bases de datos a lo largo y ancho del planeta. Sostiene David Weinberger que, de realizarse este sueño, habremos de modificar lo que entendemos por conocimiento. Demasiado grande para ser conocido, dice DW. El simulador trabajará y nos ofrecerá ecuaciones, patrones, regularidades, previsiones. Pero no sabremos de dónde y cómo las obtiene. La "Bola de Cristal", lo llama DW."

El modelo de Helbing, de llevarse a cabo, asemejaría al Dios de Leibniz en su capacidad para procesar la información necesaria para realizar todo tipo de predicciones. En efecto, el modelo de Helbing pretende conseguir lo que solo en la imaginación de Leibniz era posible, a saber, diseñar un ser capaz de saber todo lo que nos acontecerá en el futuro. Lo curioso del asunto es que, por esencia, el modelo informático debería ser autorreferencial y tenerse en cuenta a sí mismo a la hora de realizar sus predicciones, pues éstas seguro acabarían repercutiendo en decisiones humanas que, a su vez, generarían consecuencias que de otra forma no se hubieran producido. Es decir, como elemento del mundo que inevitablemente acarrea consecuencias decisivas para la sociedad, el modelo debería conocer de sí mismo y de su implicación en el contorno todo lo necesario para prever cuáles serían dichas consecuencias. Antes de elaborar sus previsiones, debería ser bien consciente de su papel y repercusión en el mundo económico y científico, del grado de credibilidad que suscita en la sociedad, etc. El aspecto paradójico del caso lo encontramos en el hecho de que la autoconciencia del modelo exigiría a éste conocer, por lo mismo, las consecuencias del hecho de autoconocerse, y esto, a su vez, exigiría de un conocimiento de los efectos derivados del hecho de conocer su autoconciencia, y así sucesivamente, ad infinitum.

martes, 21 de febrero de 2012

Presentación de la Revista Ábaco. Miércoles 22 de febrero. Madrid

Día 22 de febrero 2012, a las 19:00 h. La Revista Ábaco y Ediciones CICEES se complace en invitarle a la presentación de la revista


“La Sociedad Digital. Retos de futuro de las tecnologías de la
comunicación en la creación y distribución de la información”


INTERVIENEN :


Miguel Ángel Álvarez Areces (Director Editorial de Ábaco)
Alberto Vicente y Silvano Gozzer (Anatomía de Red)
Daniel Marías Martínez (Universidad Carlos III Madrid)

LUGAR DE LA PRESENTACIÓN :


ARCE- Asociación de Revistas Culturales de España
C/ Zurbano nº 4 - Bajo D
28010 Madrid
Tel. 913 086 066


(Metro Alonso Martínez)

sábado, 18 de febrero de 2012

Aclaraciones sobre el argumento ontológico

Descartes, partiendo del argumento a priori de san Anselmo de la existencia de Dios, escribe:

Por un instante quise buscar otras verdades, y, habiéndome propuesto el objeto de los geómetras, que yo concebía como un cuerpo continuo, o como un espacio infinitamente extendido en longitud, latitud y profundidad o altura, divisible en distintas partes que podían adoptar diversas figuras y magnitudes y ser movidas y trasladadas de todos modos (pues todo esto suponen los geómetras como objeto suyo), recorrí algunas de sus más simples demostraciones, y, al percatarme de que esa gran certeza que todo el mundo les atribuye sólo se funda en que se las concibe con evidencia, según la regla que enuncié hace poco, advertí también que no había en ellas nada que me asegurase de la existencia de su objeto; pues veía claramente que, suponiendo un triángulo, era necesario que sus tres ángulos fuesen iguales a dos rectos, pero no por eso veía nada que me asegurase de la existencia en el mundo de ningún triángulo; en cambio, volviendo a examinar la idea que tenía de un Ser perfecto, encontraba que la existencia estaba comprendida en ella, de la misma manera que está comprendido en la de un triángulo el que sus tres ángulos sean iguales a dos rectos, o en la de una esfera el que todas sus partes disten igualmente de su centro, y aun me parecería más evidente lo primero; por consiguiente, que Dios, ese Ser tan perfecto, es o existe, lo encontraba por lo menos tan cierto como pudiera serlo cualquier demostración de la geometría. (Renato Descartes, Discurso del método. Antonio Rodríguez Huescar. Editorial Orbis, Madrid, 1983.)

Podemos desmenuzar la prueba del siguiente modo:

El concepto de “triángulo” debe ir referido a un objeto que reúna la propiedad de que la suma de sus ángulos sea dos rectos, porque si el objeto no reúne esta propiedad no nos podemos referir al objeto como un triángulo, sino quizá como un cuadrado, un rombo o un círculo. Es decir, para que el concepto de “triángulo” sea el concepto de triángulo (y no el de cuadrado o el de círculo) debe ir referido a un objeto que reúna dicha propiedad.

Por lo mismo, la idea de “Ser Perfecto” debe ir referida a un ser que, cuando menos, exista, porque si éste no reúne la propiedad de existir no puede ser perfecto, y, consecuentemente, no nos podemos referir a él como un ser perfecto, sino como un ser imperfecto o inexistente. Es decir, para que el concepto de “Ser Perfecto” sea el concepto de Ser Perfecto (y no el de un ser imperfecto) debe ir referido a un ser que al menos exista.

Por tanto, si tenemos la idea de “Ser Perfecto” y ésta tiene que ir referida a un ser perfecto, éste tiene que existir fuera de la mente.

¿Dónde está el círculo que invalida el argumento?

Estamos diciendo, por un lado, que lo que hace que el concepto de “Ser Perfecto” sea el concepto de “Ser Perfecto”, y no el de “un ser imperfecto” o “inexistente”, es precisamente el ser perfecto al cual se refiere. Por tanto, estamos dando por supuesta la existencia de éste para determinar que se trata de la idea de “Ser Perfecto”. Pero es precisamente partiendo de la idea de “Ser Perfecto” como hay que demostrar la existencia de éste, y no al revés.

martes, 14 de febrero de 2012

Programa para una ética del no-poder

Lo que es verdaderamente inquietante no es el hecho de que el mundo se convierta en un mundo completamente técnico. Mucho más inquietante es que el hombre no está, de hecho, preparado para esta transformación del mundo (Heidegger, Gelassenheit, 1959)


La ciencia y la técnica no reconocen otro límite que aquello que es técnicamente posible y factible, y quedan doblemente protegidas en su perenne tentación de lo posible: de derecho, en virtud del principio de libertad de investigación, de hecho, porque aumentan nuestra libertad individual y colectiva en una medida impensable hasta hace no mucho tiempo.
(Franco Volpi, El nihilismo, 2007)


Una ética del no-poder es evidentemente que los seres humanos acepten no hacer todo lo que son capaces. O no habrá más (…) leyes divinas que oponer, desde fuera, a la técnica. Esto hace necesario examinar la técnica desde dentro y reconocer la imposibilidad de vivir con ella, en realidad, sólo de vivir, si no se practica una ética del no-poder. Esta es la opción fundamental… Debemos buscar sistemática y voluntariamente el no-poder que, bien entendido no significa aceptar la impotencia (…), el destino, la pasividad, etc. (Jacques Ellul, "Reserche pour une Ethique dans una société technicienne", 1983)