Es reconfortante descubrir que las ideas que pare uno, y que en su momento despertaron algo, también las han expresado autores a los que estimas o admiras. Son encuentros que ya te acompañarán, como los viejos amigos o los buenos recuerdos. Y el caso es que me ha pasado recientemente con Jordi Soler, y sus reflexiones sobre las oportunidades perdidas en un mundo obstinado por la hipercomunicacion y la intoxicación informativa. Y a ello nos encomendamos en los próximos días, retirándonos a bosques y senderos para los que no sirven mapas ni brújulas, apenas el equipaje necesario para saber perderse. Porque de eso se trata, o así también lo cree Jordi Soler, de hacer mapas secretos de eso que transitamos.