domingo, 26 de junio de 2022

El secreto mejor guardado

"La riqueza del hombre es infinitamente superior a lo que él presiente. Es una riqueza que nadie puede robar, y que en el curso del tiempo aflora una y otra vez, sobre todo cuando el dolor ha excavado la profundidad." (La emboscadura)




El secreto nos protege del demonio, que utiliza la inteligencia para engañar al inteligente, la fuerza para vencer al fuerte, la astucia para manipular al ingenioso, la elocuencia para convencer al locuaz. El secreto nos previene del hurto y del robo. También de la apropiación y de la violencia. ¿Quién podría arrebatarnos lo que no se conoce? Hay secretos que se lanzan al mar, y embotellados navegan a medio camino de lo desconocido y lo conocido, de lo muerto y lo renacido. Un papel de tinta fría, de repente, se convierte en una historia llena de vida. Los secretos cobijan, refugian, alientan a quien los porta a seguir viviendo en ellos. Quizá sea un juguete, escondido dentro del árbol, una lista de preferencias vitales, redactada en una servilleta que se guardará en el último coche de madera olvidado. O quizá un nombre, del que se quiere que permanezca innombrado, no vaya a ser que el viento se lo lleve y se pierda en lo infinito.

Hay también amores secretos, que por temor a perderse conservan su misterio. El secreto nos salvaguarda del mal, y de las fuerzas del orgullo y el egoísmo. ¿Por qué habríamos de tener secretos en un mundo sin cárceles y esclavos? ¿Por qué habríamos de confesarnos en un mundo sin injusticia y sin mal? En el secreto, o respecto de él, somos dueños y señores. ¿Acaso alguien más sabe el secreto que guardo? Somos libres de hacer lo que queramos con él. A cada momento lo podemos deshacer, o embotellarlo a ver si alguien lo deshace. Olvidó que tenía secretos. Pero el secreto nos pertenece, como ninguna otra cosa. Y es en él donde nos hacemos fuertes. Es por él como podemos levantar o derribar imperios. Es por él como podemos hacernos un nombre, aunque sea solo para nosotros mismos.

miércoles, 22 de junio de 2022

Agradecimientos

No puedo sentirme más feliz y agradecido con estas palabras de Macarena, alumna de 4ºESO A, en su discurso de graduación del 21 de Junio de 2022 y en representación de sus compañeros y compañeras de Filosofía. Habéis conseguido en este curso que ame la filosofía un poquito más que ayer, que crea en lo que ella nos pueda aportar, y en su provecho para la vida. ¡Muchísimas gracias!





“David Porcel, profesor de Filosofía este año, y de Ciudadanía el año pasado, creo que sabes perfectamente lo importante que eres para los alumnos, eres un profesor que muchos desearían tener. Creo que todos necesitamos tener un profe como tú, solamente con ver como das la clase y la implicación que tienes hacia los alumnos ya lo dice todo, pero si además le conoces como persona es aún mejor, todos los valores que representa un buen profesor los tienes tú, porque un profesor no es solo dar una clase y vomitar la materia. Es la forma con la que la enseñas, es la forma de tratar a los alumnos, es la forma de entenderlos y es la forma de preocuparse por ellos, por su bien estar y por su salud mental. Tus clases son tan enriquecedoras, David, que lo único que me viene a la cabeza es wow, yo de mayor quiero ser como tú y transmitir las buenas vibras que transmites. Estaría todo el discurso hablando de ti y de tus clases porque, de verdad, gracias y te mereces todo lo mejor, porque gracias a ti hemos podido descubrir la capacidad de expresión y de reflexión que podemos llegar a tener.”



domingo, 12 de junio de 2022

Amado por confianza

Maravilloso el antídoto que propone Jordi Soler (Mapa secreto del bosque) contra la duda y el miedo. Seguimos midiendo a la persona por el rasero de la confiabilidad, preguntándonos si es o no fiable para tal o cual empeño, si es o no capaz para tal o cual empresa, cuando lo verdaderamente importante para que fluyan las relaciones humanas es dar confianza y confiarse a los demás.


sábado, 4 de junio de 2022

El joven que bajó del monte Azul

“A veces, estar en paz, es mejor que tener razón.” (El principito)

 

En lo alto del monte Azul había un pueblo, y en lo alto del pueblo un joven de quien todo el mundo decía que estaba paralizado por la rabia, la ira y el miedo.

Un día el joven decidió bajar del monte para hablar con uno de los maestros, a quien le confesó:

- Maestro, no logro liberarme de la rabia, la ira y el miedo que, como sedimentos en el río, impiden que mi karma fluya.



El maestro no dudó en responder:

- ¡Suéltalos! La rabia no te va a morder, la ira no te va a agredir, el miedo no te va a destruir.