Estamos aquí en la sierra de Albarracín, disfrutando de sus paseos, y de sus cielos. También de su gastronomía. Y con sus amaneceres leyendo, Humano, más humano, de Josep Maria Esquirol, y un nuevo poemario de mi padre....
“No hay casa sin ventana: para ventilar, para que entre el viento o la brisa y se renueve el aire que respiramos. El último aliento es la última presencia –el último alimento- de la vida. Pero, por la ventana, no sólo entra el aire, sino también el cielo: el aire del cielo y del mismo cielo. Necesitamos la ventana para poder tener un pedacito de este cielo que tanto nos sosiega.” (Josep Maria Esquirol)