domingo, 25 de agosto de 2024

miércoles, 14 de agosto de 2024

Lo que la mentira esconde

Muy contento de ver publicado mi trabajo "Lo que la mentira esconde. Una defensa de la honestidad para desconfiados" en este número multidisciplinar que pone el dedo en una de las realidades más presentes y actuales de nuestro tiempo.



Cuando se me ofreció la oportunidad de escribir sobre el tema de la mentira tenía ya en mente una diferencia que me parecía significativa, y en cierto modo inadvertida, entre la mentira considerada como engaño o embuste y la mentira referida a la vida entera; lo que podríamos acuñar con la expresión «vivir en la mentira». Y así, de primeras y sin haber profundizado en el asunto, ya me parecía que vivir en la mentira es mucho más corrosivo y perjudicial que mentir, limitado siempre a un número de ocasiones; porque mientras que el daño de una mentira puede pagarse con el reconocimiento y el perdón, el daño de vivir en la mentira, en muchas ocasiones, se paga con la pérdida irreparable de relaciones y vidas humanas. ¿Pero qué interés puede tener reconocer y explicitar esta diferencia? ¿Por qué es importante distinguir entre la mentira como acción y la mentira como suelo vital? Y, sobre todo, ¿qué implicaciones morales puede tener reconocer y ampliar el foco de atención sobre una realidad que, generalmente, se ha limitado a los ámbitos de la intencionalidad y la voluntad humanas? El propósito de mi aportación es, precisamente, situarnos en la perspectiva de quien piensa la mentira como algo que trasciende la intencionalidad y la entiende como suelo vital, advirtiendo así el enorme peligro que supone «vivir en la mentira» y rescatando el valor de la honestidad como cualidad esencialmente estabilizadora y potenciadora de prácticas y vida buena.

Desde aquí el enlace para interesados y curiosos:

jueves, 1 de agosto de 2024

Platón político

Aquí, bajo el Árbol de la vida, os regalo esta cita que recoge uno de los descubrimientos del verano, Giorgio Colli, de su libro Platón político, que citaré a la vuelta de verano, y es que desmiente uno de los prejuicios más arraigados de nuestra enseñanza y que leemos en tantos manuales académicos de Bachillerato: Platón, lejos de apartarse de la política para centrarse en la filosofía, vio en la filosofía la condición para hacer política y en la vida política de su tiempo el verdadero motivo para hacer filosofía. Y es que los filósofos son personas muy preocupadas y cercanas a la circunstancia de su tiempo:


"Ahora esta idea se alza como una luz imprevista, como la verdad que cubre el abismo entre lo real y lo ideal, que disipa sus dudas y le retorna la confianza; hasta ese momento, había aspirado a ser antes de nada un político, pero, cada vez que se había acercado a los hombres de Estado atenienses y había observado su forma de comportarse, se había visto obligado a alejarse de ellos y a regresar a la filosofía -elegir uno u otro camino habría significado sacrificar una parte vital de sí mismo-, y ahora, por fin, llegaba la solución que sintetizaba ambas actividades o, mejor dicho, elevaba la política a la filosofía (...) El género humano, en consecuencia, no se libraría jamás del mal si antes no accedían al poder los legítimos y auténticos filósofos o si los gobernantes del Estado no se convertían, por gracia divina, en verdaderos filósofos".

miércoles, 10 de julio de 2024

Revoloteo interior

En esta mañana de lunes, sin vosotros, pero llenándome de nuevos estímulos para el próximo curso, releo una obrita muy recomendable de Friedrich Nietzsche, titulada Sobre verdad y mentira en sentido extramoral. En unas pocas páginas, amables además, Nietzsche, cuyo nombre aprenderéis a escribir sin titubear, evidencia la naturaleza vanidosa y engreída del ser humano, que lo ha llevado a construir toda una tradición de pensamiento -esa que se inicia con Sócrates y Platón- basada en la presunción de que la realidad está ahí para ser conocida y dispuesta para ser transformada. Es la misma presunción que muestran Adán y Eva cuando ya han comido del fruto del conocimiento del bien y del mal, y que les lleva a pensar -ilusamente- que pueden y deben esconderse de los ojos de Dios. Es la soberbia cegadora y engañadora. Diríamos que hemos comido de un veneno que ha inflado nuestro ego hasta no poder ver más allá de él. ¿Será que el fruto del conocimiento del bien y del mal nos engañó hasta tal punto de crearnos una sensación permanente e insustituible de ser el centro del universo, queriendo incluso ver a Dios como aquel de quien ahora debemos escondernos?



“Este arte de la ficción llega a su cima en el ser humano: aquí el engaño, la adulación, la mentira y el fraude, las habladurías, la hipocresía, el vivir de lustres heredados, el enmascaramiento, el convencionalismo encubridor, el teatro ante los demás y ante uno mismo, en una palabra, el revoloteo incesante en torno a la llamada de la vanidad es hasta tal punto la regla y la ley, que casi no hay nada más inconcebible que el modo en el que haya podido introducirse entre los hombres un impulso sincero y puro hacia la verdad (...) En realidad, ¡qué sabe de sí mismo el hombre! ¿Sería capaz de percibirse por completo, aunque sólo fuese por una vez, tendido como en una vitrina iluminada? ¡Acaso no le oculta la naturaleza la mayor parte de las cosas, incluso sobre su propio cuerpo, para así, al margen de las circunvoluciones de los intestinos, del rápido flujo de las corrientes sanguíneas y de los intrincados estremecimientos de sus fibras, recluirle y encerrarle en una conciencia orgullosa y embaucadora!”

lunes, 17 de junio de 2024

Final de curso

Cuando la simpatía y el conocimiento confluyen, se producen cosas como esta. Muy agradecido a mi profesión por este curso estupendo, que ahora todavía lo es más.



                             1º BACH CyT A, Curso 2023-24. IES Miralbueno

sábado, 15 de junio de 2024

El mirar antiguo


El velero llegó a su destino

pues está recién construido

movido por el viento y lo vivido.


El mar dio gritos

porque al mar ahí, tuvieron su último aliento

ahogadas eternamente en el olvido.


Yo te sigo viendo en mi mirar antiguo,

antiguo porque ya no estás conmigo, 

pues nuestro velero unió nuestros lazos,

fue construido con finos trazos,

y llegó a su destino en pedazos. 


Laura Serban (alumna de 3º ESO)

8 de marzo de 2024

sábado, 18 de mayo de 2024

Eternidades

Hay momentos que llegan de no se sabe dónde y, por una palabra dicha a medias, una mano cálida que toma la tuya, o la quiere tomar, una risa que resuena hasta desvanecerse en el ruido de los porteadores, unos colores distintos de los que habitualmente borran los días, unos sillones que se hunden hasta ya formar parte de nosotros, unas luces que llegan de vez en cuando a unos ojos cansados de no dormir, una voz que entre Gin tonics se pavonea con la dulzura de los pavos reales cuando despliegan sus alas, una alumna que pide hacerse una foto contigo porque aquel día creíste en ella, y ríos de alumnos que entre timbales y carteles gritan orgullosos que ya no son alumnos de Bachillerato; un profesor que al amanecer se siente náufrago, y decide llamarse para ver si alguien responde, y otra profesora que sube a lo lejos para derramar hermosamente lágrimas de bondad. Y te dicen que ya todo aquello forma parte de ti, y te dicen que quizá tú ya formes parte de aquello, como el sueño que se entremezcla hasta confundirte para siempre.

Por eso, y por todo ello, ingresan en la llamada eternidad.