En sociedades construidas sobre los pilares del éxito y la conquista, de la competitividad y la marca, cuando apenas los sueños nos dejan escuchar otras voces que no sean ¡has llegado! o ¡lo has conseguido!, entre risas y vinos, un grupo de amigos discutíamos si llevan razón quienes creen que somos proyecto. ¿Verdaderamente tenemos que mirar hacia delante o, en un esfuerzo de sublime renuncia, podemos soltarnos hasta ir a la deriva? Ir la deriva, sin llegar ni objetivar. Hacer de ella casa, quizá el origen de poetas y vagabundos del saber.
«Los perdedores y los
autodidactas siempre saben mucho más que los ganadores. Si quieres ganar,
tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perder tiempo en
saber más: el placer de la erudición está reservado a los perdedores.» (Umberto
Eco)