Somos extranjeros de vida, para los otros y también para nosotros mismos. ¿Pero quién es ese ser sorprendente con el que un día de repente topo? Quizá yo mismo transformado, quizá el otro que me mira por primera vez. Quizá es que hasta ahora no había mirado de verdad.
Comparto este hermoso poema de mi padre, sobre el otro, y la necesidad del otro.
ENCUENTRO
Un día se encontró con un
animal extraño
tenía ojos y boca y tenía labios
el animal lo miraba de frente
pedía algo
era un ser sorprendente
una revelación que la vida le
había guardado sólo para él
no le supuso ningún nombre
tenía manos
unas manos blancas que a veces
hacían una cueva donde guardada su cara
un día el animal habló
qué extraño dijo
el animal dijo qué
extraño sin apenas mirarlo a los ojos
le contestó moviendo los labios
porque no encontró palabras
si hubiera encontrado las
palabras hubiera escrito un poema de amor
y se lo habría dado.
Miguel Porcel,
Marzo de 2024