miércoles, 28 de agosto de 2019

En los límites del mal

En un país lejano vivía en paz una sociedad de tortugas, salvajes y silvestres, grandes y pequeñas, en perfecta armonía. Un día interrumpió la paz una feroz pantera que pasaba el tiempo jugando con ellas e incordiándolas. Primero las volteaba y reía mientras ellas vanamente trataban de ponerse en pie. Luego las colocaba una encima de la otra para formar torres, fortalezas y castillos de tortugas. Y todas las noches hervía alguna para hacer con ella una deliciosa sopa de galápago.

Una de las tortugas subió preocupada a contar lo sucedido a la tortuga más sabia del lugar, que sólo se dejaba ver cuando la situación lo requería. La sabia tortuga bajó de la montaña y, dirigiéndose a la feroz pantera, le dijo:

-Has demostrado astucia para hacer torres y castillos con tus propias manos, pericia para saber dónde pisar, valentía para llegar a lo más alto y cuidado para preparar manjares tan sabrosos. Creo que eres la más indicada para construir la nueva ciudad que albergará a las tortugas.

Al escuchar sus amables palabras, la feroz pantera construyó la más hermosa ciudad de las tortugas.

domingo, 18 de agosto de 2019

Tesoros albergados

A mi madre, por su cumpleaños:
 
No siempre retirarse del mundo es un acto de renuncia. A veces es el mundo el que se retira de ti, desproveyéndote y dejándote a solas. Solamente a solas, ni siquiera ya contigo mismo. El yo con sus cosas deja de esperar, y de aburrirse. Los relojes cesan de medir y apenas ya saben contar. Todo se hace lo mismo, como las gotas de lluvia miradas de cerca. Quizá al final el brillo familiar en su mirada, o sensaciones huérfanas de pretéritos y recuerdos vanos. Quizá el calor de luz que ya hirió nuestra conciencia. O el susurro sosegado que puede adivinarse en el paso de la flecha, cuando no la vemos dirigirse. Quizá otro Rosebud en las noches de invierno, o aquel verano atravesando de la mano caminos de hierba. Quizá hogueras de amor al final del callejón, o lágrimas que reflejan amaneceres para siempre rotos. Quizá miradas a ninguna parte y sonrisas que irradian invisibles hasta alcanzar el mar. Quizá el abrazo de la madre siempre recuperado.

Quizá albergue, y nada más.
 
 
"De pronto qué maravilla
en medio del bosque
oculto entre la maleza
descubren un templo.
Templo inacabado,
hiedra y piedra dentro.
Y escrita en la cal
su propia historia advierten
en una espiral
que trazaba el poema:
"Vuestro final no está escrito"
decía el último verso.
Pues entonces somos libres.
Nos quedaremos aquí
hasta coronar el templo
y poner a salvo en él
el tesoro de nuestros sueños."

Amancio Prada

jueves, 15 de agosto de 2019

Existencias vacunadas

De hace unos años aquí es notoria la preocupación social acerca de un hecho que, por desgracia, ya respiramos cada día y forma parte de nuestra piel. Se trata de la enorme influencia que ejerce sobre los jóvenes (en realidad, sobre todos) los medios telemáticos y audiovisuales. La palabra y la argumentación palidecen al embrujo de la imagen y a su enorme poder de captación y explotación de instintos e inclinaciones. No en vano, la imagen ha sido desde los comienzos de las civilizaciones uno de los medios utilizados por el poder para garantizar cierta estabilidad social. Por ejemplo, los antiguos maestros orientales, con la mirada puesta en el poder o habiendo el poder puesto su mirada en ellos, domesticaban al auditorio inculcándole formas de comportarse que convenían al orden y la disciplina establecidos. Y lo hacían mediante mitos y relatos prácticamente visuales, reproducibles en un mosaico o secuencia de escenas pictóricas que integraban moralejas iluminadoras de un aspecto de la realidad humana, pero de las que nadie diría que tras ellas yace una voluntad domesticadora.

Hoy día sigue reproduciéndose el mismo patrón, sólo que, como dilucida el filósofo Fernando Broncano en su ejemplar ensayo Puntos ciegos, la estrategia es diferente: mientras que antaño el régimen de verdad estaría ordenado a la domesticación de la subjetividad, el régimen actual se orienta más hacia la explotación de lo salvaje y la expropiación de la atención. Desde el poder se analiza cómo queremos pensar para que pensemos como quieren que pensemos. La medida habitual que se elige para combatir, o más bien resistir, el embiste de estas formas disgregadoras de explotación cognitiva es la pedagogía del buen uso. Se nos dice que haciendo todos un uso responsable y adecuado de los medios telemáticos y audiovisuales se minimizarán los daños y sacaremos provecho en nuestra formación. Pero la realidad es otra. Y esta pedagogía, muchas veces construida con armazones y lenguajes icónicos, acaba siendo engullida y absorbida por aquellas fuerzas disgregadoras sirvientes del poder. Y es que la cosa no va de usos y utensilios. Los medios digitales no son sólo meros añadidos protésicos a nuestra mente, como suele pregonarse, sino formas genuinas de explotación y disgregación cognitivas.
 
                                  "Arte emboscado"
 
Por ello, en lugar de ensayar pedagogías sustentadas en creencias y culturas extemporáneas, habríamos de observar los puntos débiles de aquellas armas explotadoras y expropiadoras de la atención y los instintos de socialización a fin de combatirlos; o, dando un paso más, permitirnos construir y habitar mundos donde ellas no tengan alcance. Se dice que la mejor defensa es un buen ataque, pero no siempre es así. A veces la mejor defensa consiste en la creación de contextos y circunstancias vacunados contra las formas de ataque que propiciaron aquella, viviendo la persona retirada pero sin experimentar aquello que la hizo retirarse; como el habitante de bosques, que no siente la soledad y espesura que sí experimenta el visitante.

miércoles, 14 de agosto de 2019

Una crónica de la Race Across France

Comparto la crónica que hace mi hermano de la Race Across France de 2019, como ejemplo de aguante, superación y pasión por el deporte.

El aprendiz de la montaña

El aprendiz de la montaña

Un hombre muy sabio me dijo que podía mirar a través de la piel. 

-¿Qué significa mirar a través de la piel? -Le pregunté.

-Mirar a través de la piel, -me respondió-, significa saber escuchar a las montañas, la música que hay en el viento y a las olas romper presurosas.


-Sigo sin entender. -Le respondí.

-¿Cómo vas a entender si no sabes mirar a través de la piel?

viernes, 2 de agosto de 2019

El joven que abrazaba a la doncella

Un joven valiente preguntó a una hermosa doncella si la podía contemplar, a lo que ella respondió que sí. Pasaron los días y, cansado de contemplarla, le preguntó esta vez si podía conversar con ella. Y ella de nuevo respondió que sí. Cuando ya no supo de qué conversar le preguntó si podía pasear junto a ella por los jardines del reino, y la doncella volvió a asentir. El joven de nuevo se cansó de pasear por los mismos parajes y un día, armándose de valor, le preguntó si la podía abrazar cada vez que la viera. Y ella de nuevo consintió.

Pasaron los años y la hermosa doncella, al ver que el joven no se cansaba de abrazarse con ella, le preguntó por qué durante todo ese tiempo no le había pedido nada más. Y el joven valiente respondió con estas palabras: "porque al menos cuando me abrazas piensas en mí."