Qué palabras tan sentidas y necesarias las que se han escuchado esta mañana en nuestro patio de recreo, con motivo de este día dedicado a la Paz. La paz es construcción, compromiso, solidaridad, labor compartida. Muchas gracias a todos por estar ahí, y a vosotras, por poner vuestro corazón y vuestra voz:
“Paz”; una palabra y tres letras. Sencilla, ¿verdad?
Bueno, tengo una expresión un poco más complicada: “fe en la causa”,
cuatro palabras y once letras, cuyo significado lo quiero ahora compartir con
vosotros:
Tenía poco más de cuatro años cuando mi madre me leyó y explicó esta
expresión que vi en el uniforme militar de mi padre. Ella tiene un significado
bastante evidente: ‘tener fe en la causa que vemos lograr’, ‘tener fe en que lo
podemos conseguir’. Desde que la escuché me pareció una expresión fascinante y
encantadora, una de esas frases que dejan huella en tu alma y sabes que te
acompañarán siempre. Y es que esas palabras escondían un significado muy
especial que ya entonces me decía muchas cosas, aunque fuera difícil ponerle
nombre. Y aunque está dirigida al mundo en general, porque sé que todos tenemos
una causa común, la paz es uno de esos horizontes que no a todos perece posible
alcanzar. ¿Llegaremos algún día a ese estado de «paz perpetua» con el que los
filósofos ilustrados tanto soñaron? ¿Caminaremos hacia él hasta mirarlo de
frente como hacen los hombres y mujeres de bien? ¿Tomaremos algún día la
determinación de pensar verdaderamente en la paz? ¿O seguiremos viendo pasar
bombas y estallar ciudades en muchos de nuestros países vecinos?
Yo creo que lo único imposible es lo que no se intenta jamás, y aquí es
donde os animo a todos para intentarlo. Os invito a acabar con esas guerras que
carecen de sentido y parecen nunca cesar. Os invito a mirar el mundo dejando de
lado las diferencias inexistentes, y a mirarlo para que baje sus fusiles y
pistolas, y acabe con sus siglos y siglos llenos de odio, llanto, desesperanza,
abusos e inseguridad. Os llamo a mirar juntos el cielo, y a preguntarnos si no
hay algo más valioso para poder cantarlo en paz. Os propongo seguir juntos
pensando que un mundo mejor es posible, y que creáis que en nuestra mano está
cambiarlo. Os animo a que os sintáis parte del mundo y creáis que podéis hacer de
él un lugar lleno de paz y sentido.
Ante las crisis sociales y humanitarias que estamos viviendo en el
mundo, la cultura de la paz es, ahora más que nunca, un gran desafío y una gran
responsabilidad de todos y de todas, pues la paz se logra con acuerdos políticos
y económicos justos y equitativos, pero también con el compromiso unánime y
constante de quienes integramos las sociedades. Quienes compartimos una visión
de paz positiva, pensamos que la paz es mucho más que la ausencia de guerras y
conflictos armados, y la asociamos a valores tan fundamentales como la
igualdad, la justicia y la sostenibilidad. Empecemos a tener fe en la causa, en
la paz, a creer que de verdad podemos acabar con tanto dolor, porque aunque una
sola persona no llega nunca a formar siquiera un coro, todos unidos podemos
hacer una orquesta que nos reúna y dé la mano. Unamos nuestras fuerzas y
empecemos a intentarlo una y otra vez hasta conseguirlo. Aunemos nuestros
esfuerzos hacia ese fin noble que es la paz. ¿O no merece la pena que sigamos
intentándolo?
Llegados hasta aquí, os invito nuevamente a tener ‘fe en la causa’, en
la paz.
Anni, Alicia, Natalia, Marina y Paula (alumnas de 1º de Bachillerato)