miércoles, 26 de octubre de 2022

Ya en librerías...

Una ilusión tremenda la de recibir el nacimiento de mi hijo de papel. Desde aquí ya se puede adquirir. Vamos a ver si lo hacemos andar. Un abrazo enorme, y también por aquí anunciaré reseñas, presentaciones y cuanto venga.



Gracias.


martes, 18 de octubre de 2022

El regreso a los otros

Una alegría muy grande la de dar a luz junto a vosotros este segundo libro que titulo El regreso a los otros. Un ensayo sobre la indigencia humana (ed. Mira Editores) Dedicado a una persona que nos dejó demasiado pronto, prologado por amigo y maestro, la historia es la historia de los caídos, de los desterrados, náufragos, desamparados, que hicieron del otro hogar y refugio. Una incursión hacia los confines del sufrimiento humano. Una aventura desde principio a fin. Ahora que todavía hay mundo. Juntos.

En dos semanas disponible en librerías, y desde la página web de la editorial

Y ya se puede adquirir aquí.

Os iré informando de reseñas, presentaciones y demás.



martes, 11 de octubre de 2022

El cuarto olvidado

La Bella durmiente siempre me pareció un cuento inquietante. Quien evoque el relato de los hermanos Grimm verá al rey quemar todos los husos del reino, pero sin que su determinación logre esconder a los ojos de la hada maliciosa, ni de la niña, ese cuartito oscuro olvidado: "Sucedió que en el día en el que cumplía precisamente quince años, los reyes no estaban en casa y la muchacha se quedó sola en palacio. Entonces, escudriñó todos los rincones, miró todas las habitaciones y cámaras que quiso y llegó a una vieja torre. Subió la estrecha escalera de caracol y llegó ante una pequeña puerta. En la cerradura había una llave oxidada, y cuando le dio la vuelta, la puerta se abrió y en el pequeño cuartito estaba sentada una vieja con un huso que hilaba hacendosamente su lino.”

Sin embargo, lo verdaderamente desconcertante es el silencio al que los padres condenan a su hija, que no sabe nada de maleficios, de cuartos oscuros ni de husos. La ingenuidad con la que ella descubre a la vieja hilando revela que no había recibido ningún tipo de prevención ni de conocimiento sobre el asunto, ocultándosele cualquier fuente de temor, pero también condenándole a no poder elegir llegado el momento. La niña no es responsable de desobediencia porque todavía no sabe elegir. Precisamente, es su condición de ser curioso, su amor incivilizado a lo desconocido, lo que condena al reino, y a ella misma, al dolor y a la inconsciencia: “-Buenos días, anciana abuelita –dijo la hija del rey-. ¿Qué haces? –Estoy hilando –contestó la vieja meneando la cabeza. -¿Qué cosa tan graciosa es eso que salta tan alegremente? –dijo la muchacha, cogiendo el huso y queriendo también hilar.”

lunes, 10 de octubre de 2022

Fortaleza invisible

Es muy hermoso el modo como los hermanos Grimm descubren el elemento erótico que anida en cualquier relación humana, no contagiada por la envidia y el odio. Sus madrastras y brujas están, todas ellas, faltas de algo tan básico que tiene el ser humano como es la capacidad de amar y ser amado. Sin esa cualidad el corazón comienza a agriarse y aparece el elemento tanático, destructor, disgregador. Sin embargo, y he aquí el mensaje de los ilustradores hermanos, el eros no conoce antítesis. El eros, que es deseo, es indestructible, no alcanzable por las fuerzas de los elementos o del infortunio. Verdad es que el mal puede destruir lo perecedero, pero nada puede hacer ante lo que es inmortal. ¿Cómo podrían las fuerzas circunscritas al aquí y al ahora destruir lo intemporal? ¿Cómo podrían los elementos acabar con lo indivisible? De hecho, el influjo del maligno acaba con los cuerpos de princesas, reinas y reinos, pero no con sus vidas, ni su ánima, ni el eros que sigue intocado y siempre reconocible. El mundo de las almas, que son amistad y amor, parecen decirnos los hermanos Grimm, se encuentra situado fuera de los límites del mal, en la «fortaleza situada más allá del tiempo y fuera de él». En ella hay seguridad en todos los casos, también, y precisamente, cuando se rompen las cadenas del tiempo.