miércoles, 30 de junio de 2021

El niño que se escondía tras los arbustos

De niño, se escondía tras un arbusto, de esos que recorren vallados en las urbanizaciones más lujosas, o a las afueras, reclinado bajo algún puente abandonado, y podía pasar ahí horas. Se preguntaba qué sería de sus amigos ahora que él ya no estaba. Incluso si el mundo habría podido cambiar en algo. Cuando anochecía, salía de su escondrijo y volvía a su cotidianidad con la tranquilidad de quien se ha tomado unas pequeñas vacaciones. Sabía que nadie habría notado su ausencia, aunque siempre llevaba una historia inventada por si alguien preguntaba. ¿Pero por qué habría de inventarla si no había hecho nada malo? En las noches de invierno, cuando el sol se escondía y el frío helaba las hojas, buscaba lugares cerrados, como agujeros por donde entrar a las Iglesias o ventanas de aire abandonadas. Entonces la reclusión se hacía más difícil, y es que el frío no dejaba salir los pensamientos.


A esta práctica, que le fue dando forma con los años, incorporándola a su vida adulta, llena de obligaciones y responsabilidades, la llamó la emboscadura. Irse al bosque, decía él. Irse al bosque significaba salir de los usos, convenciones y obligaciones de su vida presente, recluirse secretamente en un universo donde sólo lo intemporal podía tener lugar. Sólo aquello que no envejece, ni pasa, ni deviene. Sólo aquello que verdaderamente nos tiene, pero que por ello mismo nos protege, y nos salva. Donde las palabras no interpelan y los pájaros no cantan para nadie. Irse al bosque, para él, era el modo de hacer más pequeño el mundo, a la medida de unos ojos que siempre necesitaron distancia y algo de calor.

domingo, 27 de junio de 2021

Espacios espirituales

Me asombra el modo como la sociedad quiere convencerse de que la buena sociabilidad es la llave del progreso y la madurez, promoviendo infinidad de cursos, terapias, estrategias para el desempeño de lo que llaman inteligencia emocional, cuando la historia de la humanidad demuestra, una y otra vez, que no hay forma de avanzar sin soledad, retiro o aislamiento voluntario. Que la teoría del genio haya sido superada no significa que la condición del genio no siga consistiendo en abrirse al mundo de una forma absolutamente única y singular.

"Así, pues, las protoformas no son acuñadas ni por los fines ni por los beneficios. Es algo que todavía hoy apunta en la investigación. El investigador puro dirige su mirada a los objetos y a los fenómenos sin que, al hacerlo, esté perturbado en su tarea por el pensamiento de los fines y los beneficios. Es, en el espacio del espíritu, la misma actitud que la del profeta, el cual recibe las tablas de la ley y ve directamente con sus ojos las imágenes. Actúa con pensamientos devotos, dirigidos a algo, pero no persigue unos propósitos. Esto mismo rige no sólo para los descubrimientos, sino también para los inventos. Los primeros no excluyen, en efecto, a los segundos; al descubrir los rayos que llevan su nombre, Röntgen inventó a la vez el modo de hacerlos visibles. Cuestión distinta, que Röntgen no se había propuesto, es que con ello se abriese un nuevo campo de la terapia." (Ernst Jünger, El libro del reloj de arena)

sábado, 26 de junio de 2021

¿Es ésta la educación que queremos?

Como integrantes de la educación, la pregunta que hoy debemos plantearnos, maestros, profesores, padres, funcionarios y políticos, para escucharnos y debatir, es si verdaderamente queremos un sistema que sea perfecto, en el que todo funcione, todo encaje, todo esté decidido y nada se encuentre fuera de lugar. Un sistema reductible a algoritmos que decidan lo más conveniente para quienes participan de este gran proceso, que determinen lo que cada alumno necesita saber y cuándo lo necesita, lo que cada profesor debe enseñar y cuándo enseñarlo. Un sistema a cuyos resultados estadísticos debamos confiarnos con la fe con la que el caminante se confía al suelo que pisa. Y debemos plantearla, extendiéndola a claustros, consejos y cuantos organismos correspondan, anteponiéndolo a todo lo demás, porque, sólo si todos convenimos que ésta es la educación que queremos, habremos de cruzarnos de brazos y dejar que la cosa siga como está.


viernes, 25 de junio de 2021

La historia que todo lo sana

En un reino lejano había un joven conocido como el hombre que contaba “la historia que todo lo sana”. A quienes se sentían tristes alejaba la tristeza para siempre, a los melancólicos les devolvía la esperanza, y a los enfermos la vitalidad de los cuerpos sanos. Tal fue su fama que llegó a oídos de un rey que veía cómo su reino se debilitaba por el contagio de una extraña enfermedad.

El rey, antes de que se marchitara el último de sus tulipanes, imploró al joven que entonara “la historia que todo lo sana”. 

Cuando éste la hubo entonado y los pájaros reanudaron su canto, el rey pudo gobernar como gobiernan las estrellas el cielo y las olas los océanos.

Colonialismo digital

Los grandes colonos de nuestros días, que verán crecidas sus arcas mientras el mundo de los de abajo se desmorona, han basado su ambición en el único objetivo de convencernos de que cuanto pensamos, sentimos y queremos debe ser exhibido, anunciado, para que adquiera el estatuto de realidad. En el momento en el que uno ya no mira el mundo, o no experimenta el brillo en la mirada de los demás, y en su lugar aparecen ojos artificiales colgados de los infinitos alambres que pueblan hogares, ciudades y mares, se confirma, una vez más, el poder de quienes hacen de la falta el alimento para capturar la vida entera.

Sin embargo, lo que no saben estos capturadores es que la vida sólo puede ser amada, y cantada.



"En el sistema tecnológico ocurre todo lo contrario. Sus moradores no dejan de estar constantemente conectados. La hipercomunicación garantiza la transparencia. Son los mismos «usuarios» los que gozan exhibiéndose en rituales de exposición que nadie pone en duda. Cualquier viaje, cualquier celebración, comida o suceso tiene que ser anunciado en la red. Si no se hace así parece que no alcanza el estatuto de realidad. A diferencia de lo que narra Kafka al final de El proceso, la vergüenza ya no nos sobrevive. El sistema tecnológico impone la lógica de la exhibición total, de la afirmación sin límites, de la positividad extrema, de la desvergüenza." (Joan-Carles Mèlich, La fragilidad del mundo)

miércoles, 23 de junio de 2021

Encadenados

Me pregunto si en educación nos podemos sentir, profesores y alumnos, como debió sentirse el prisionero de Platón cuando vio rotas sus cadenas. Seguiría la luz, desde luego, pero sin saber a dónde le conduciría. Algo así como quien sigue unas vías de tren en una noche remotamente perdida o asciende a una cima en un día de niebla. Lo que se avance puede ser en vano, y cualidades como la precisión, la adecuación o la exactitud dejan de ser relevantes. De hecho, ya ni siquiera importan. Que haya algo de luz, o de camino, es lo único que hace seguir adelante. Me pregunto, por tanto, si una educación -como la que tenemos- basada en la obtención y el resultado, ajena a la necesidad y determinada por la única posibilidad del conseguimiento o del no conseguimiento, puede hacer siquiera que profesores y alumnos quieran sentirse liberados.

“Desear es buscar, andar a tientas en pos de algo que no se sabe exactamente qué es ni dónde está, algo que nunca podrá alcanzarse; es ir más allá de lo que uno se ha encontrado al llegar al mundo, de lo que uno ha recibido. Hay deseo porque hay insatisfacción, porque nada ni nadie puede llenar la existencia, porque existir es «ser en falta», porque tenemos la sensación de que el mundo en el que nacemos no nos es suficiente, porque nada es suficiente." (Joan-Carles Mélich, La fragilidad del mundo)

domingo, 20 de junio de 2021

Sueño del 19 de Junio

Un descansadero de cenizas alberga a una muchedumbre de alumnos en el calor del último día de curso.

Sueño del 19 de Junio

                                  Puesta de Sol

viernes, 18 de junio de 2021

Iniciación a la filosofía

Hay quienes practican la filosofía subidos a las aceras, bajo la sombra de algún ciprés solitario, en los días en los que el Sol está más alto. También, entre muros. La buena filosofía no es saber recitar a Platón, las categorías aristotélicas o la monadología de Leibniz. La filosofía no comienza en la respuesta, o en la formulación que cierra el camino a la emoción. Contra los académicos, la filosofía que aconsejaría practicar a nuestros jóvenes, y en realidad a todos los que se prestan a este ejercicio, comenzaría por iniciarse en ella. Iniciarse en la filosofía, o en el conocimiento en general, es la verdadera asignatura pendiente para quienes entran en los centros con la mirada puesta en los boletines y el resultado. 


Cuenta mi madre que me inicié en la filosofía con mi primer amigo, llamado Román, que al poco tiempo se alejaría para siempre. Tendríamos apenas cinco años cuando nos acaloramos discutiendo sobre si, una vez muertos, ascendemos al cielo o nos convertimos en tierra. Iniciación a la filosofía. Otro amigo, más tardío, interrumpió a un sexólogo aburrido al preguntarle por qué sentimos lo que sentimos cuando nos enamoramos. Iniciación al conocimiento. Y el otro día, uno de nuestros alumnos, tuvo el valor de decir públicamente que no somos una nota. Una llamada a la iniciación, sin duda. En momentos como estos uno comienza a necesitar de los demás, y entonces acude a los libros, al conocimiento labrado, adquiriendo sentido las palabras de Platón, de Aristóteles o de Leibniz. Uno, sin darse cuenta, ya se ha iniciado en la filosofía.

domingo, 13 de junio de 2021

El rey obstinado

En un reino lejano había un hombre que se vanagloriaba de conocer todos los idiomas, caracteres, valores, costumbres, virtudes y defectos. Allí por donde iba todos se admiraban de la facilidad con la que generaba amigos y se adaptaba a los hábitos del lugar. Si pisaba ciudades en poco tiempo protagonizaba plazas e iglesias, si viajaba a pueblos todos se confiaban a él, y si andaba con nómadas sus labores eran las que mejor descubrían la belleza de la Naturaleza. Tanto se extendió su fama que el rey le mandó traer a la corte para ver si verdaderamente era como decía ser.


Cuando se presentó ante él, el joven muchacho le confesó:

-"veo en sus ojos la tristeza de quien tiene todo lo codiciable pero le falta lo que más anhela."

"¿Y qué es lo que más deseo?" - preguntó intrigado el rey.

Aquello que ningún mortal puede conseguir.

sábado, 12 de junio de 2021

Con agradecimiento

Hay momentos que se convierten en caminos para otros. Son los momentos en los que descubres que una parte de ti continuará en los corazones de los demás. La palabra, el gesto, ha encontrado para siempre un lugar donde ya sólo podrá germinar.

"Llegaste nuevo este año y desde el primer día supimos que ibas a ser un profe de los que marcan, de los que nunca olvidaremos, pues desde el primer día ya nos mostraste tu luz. Una luz que irradia todo tu entorno. Una luz brillante, bonita, pura. Una luz que transmite paz, seguridad, bondad.

A lo largo del año nos has enseñado muchísima filosofía, y en muchas de tus clases se ha creado verdadera magia. Has conseguido crear momentos en los que de repente el tiempo desaparece y las paredes encarceladoras de clase se derrumban, al igual que la jaula en la que se encuentra nuestra mente, y en ese momento, emanan maravillosas ideas de nuestras cabecitas, generando debates, desarrollando alguna idea, descubriendo que la capacidad de pensar y de saber supera todo el límite académico impuesto.

Hemos aprendido mucho acerca de los grandes filósofos, pero, sobre todo, hemos aprendido mucho de ti. Nos has enseñado que, para alcanzar nuestras metas, los caminos son infinitos; nos han enseñado a confiar en nosotros mismos cuando ni nosotros lo hacíamos; nos has enseñado a no rendirnos.

Nunca olvidaremos tus brillantes ojos cuando hablas de Ana (que por cierto nos la tienes que presentar algún día). Gracias a esos momentos nos has demostrado que el amor es real, que existe, que te hace feliz, que amar te hace vibrar, te hace crecer, te libera. Somos aún muy jóvenes para entenderlo, pero gracias a ti nos hacemos una idea de lo que es el amor verdadero hacia alguien.

Tampoco olvidaremos tu micrófono y sus sonidos, tus gorritos en invierno, o tus múltiples bromas que, ingenuos de nosotros, nos creíamos.

David, contigo nos hemos sentido valorados, apoyados, queridos, libres. Nos has inspirado mucho este año. Nos has hecho crecer, y no solo mediante la filosofía, sino mediante todas tus charlas motivacionales, consiguiendo que confiáramos más en nosotros mismos, aprendiendo a relativizar, a cuestionar, a amar..." (Sergio, Ana, Noa, Inés, Sara y Malena)


   Grupo de 2º de Bachillerato de sociales y humanidades, del IES Miralbueno. Curso 2020/21

viernes, 11 de junio de 2021

Diario de un corrector

11 de Junio

La medida del valor es el resultado. Si una noticia tiene impacto en redes sociales, vale. Si un examen ha obtenido una buena calificación, vale. Si un concepto ha sido puesto en el lugar adecuado, vale. Si un alumno/profesor obtiene buenos resultados, vale. La noticia, el examen, el concepto, el alumno/profesor valen en tanto que resultan, es decir, en tanto que se ajustan a unos parámetros o fines preestablecidos. En el fondo, lo que se mide no es el conocimiento sino el grado de adaptabilidad o conseguimiento de lo que se somete a medición. Ello explica el creciente interés por los métodos y lenguajes procedimentales, en menoscabo de las personas y su singularidad. La pregunta es: ¿realmente queremos una educación que sólo pueda aspirar a ser una educación reproducible por un algoritmo?


domingo, 6 de junio de 2021

Historia de la tempestad

Va cesando la tempestad y llegará el momento de la narración, que hará asomarse nuevamente el poder de la Razón, y de la Ciencia. Frente a la fuerza de los elementos -se nos dirá-, la razón ha devuelto a la humanidad su burbuja de seguridad y bienestar, de ahí que todos debamos estarle agradecidos. Este credo de la verdad, que Nietzsche vislumbra como voluntad de poder, de nuevo afianzará la forma sostenida de estar del hombre contemporáneo. Existencia sostenida, sujeta a la confianza de que, en el fondo, el mundo contiene la suficiente lógica como para poder entenderlo y, si es el caso, reconducirlo. Existencia sostenida en una fe que, conviene no olvidar, pierde fuelle cada vez que un corazón exalta rebosante o un sunami inunda ciudades enteras. Existencia apoyada, sí, pero sin objeto preposicional, cayéndose hasta que un nuevo golpe la haga despertar.


viernes, 4 de junio de 2021

¿Hacia dónde dirigirnos?

He escuchado que varias divisiones de profesores de Enseñanzas Medias han sido asignadas en sus días de mayor trajín como vocales vigilantes, correctores, delegados, con el fin de atender a los cientos de alumnos que harán, como cada año, su prueba de acceso a la Universidad durante los próximos días. Y he oído que han sido asignados precisamente cuando muchos de estos profesores tendrían que estar -en cuerpo presente o espectral- en sus respectivos centros durante las sesiones finales de evaluación de los alumnos a los que han acompañado durante todo el curso, como tutores haciendo entrega de sus resultados finales o aconsejándoles sobre los exámenes extraordinarios que tendrán a la vuelta de la esquina. Y todo esto en unas semanas en las que, por imperativo legal, los profesores no saben si dirigirse a los alumnos que, teniendo todo aprobado, han de continuar yendo a los centros para seguir recibiendo su dosis diaria de aprendizaje o a los que, para pesar suyo, deben compensar lo que no han hecho durante el curso.



«Estar no estando» se anticipa como la nueva especificidad exigible para el ingreso al Cuerpo de Profesores de Enseñanza Secundaria. ¿Y se imaginan el caos informativo de cualquier centro educativo durante estos días? Que si flechas en pasillos y columnas señalizando dónde deben ubicarse los alumnos que realizarán las pruebas de acceso, calendarios informativos con exámenes finales y extraordinarios para las diferentes enseñanzas, recordatorios de las horas con las diferentes sesiones evaluadoras, paneles explicativos con los protocolos sanitarios reservados para cada tipo de prueba, organigramas diseñados para la admisión y matrícula del próximo alumnado, paneles informativos con los diferentes tipos de aularios… Con tanta flecha y panel informativo uno, la verdad, ya no sabe a dónde dirigirse, incluso ya no sabe si hay otras formas de llegar que no sean la de seguir una indicación o atravesar un panel luminoso.