Invitamos al lector a acercarse a un nuevo blog que su autor llama vías nerviosas. Su primera entrega, que a continuación trascribimos, es preludio de cuanto en él encontraremos: a Eros llegando a la luz, y con ella abriéndose la oscuridad, los pliegues de la gruta, las arrugas de la piel, y todo lo demás que contará nuestra historia.
Un preso
un preso, en un lugar sin paisaje, se recrea haciendo objetos-arte,
puros aspavientos
hechos con migas de pan, piedras, hojas caídas
mientras los construye,
se van esfumando,
se hacen humo
como si los estuviera ofreciendo en sacrificio
nadie lo ve,
no hay nadie,
ni sabe nada de quien pudiera recibirlos
más allá
después, las estrellas, que de repente están
como si siempre hubieran estado allí,
le dicen:
ya vamos sabiendo algo más de tu método
y esas voces son el reconocimiento,
y, entonces, el preso recuerda su nombre
Miguel Porcel