Llega el momento en que tendremos que acordar conjuntamente el lugar de
nuestro encierro eterno.
La
veo y retraso gozosamente el momento en que mi pasado regresará, pero entonces me
encuentro colgando de un poste entre la multitud indiferente.
Mientras el barco se aleja por el mar estrellado alcanzo la dicha de la
soledad.
Al
otro lado enseñan que la muerte es un tránsito hacia ninguna parte. En
éste, nadie enseña.
Al embarcar se nos dijo que lo que separa la navegación del auxilio no nos pertenece.
Sueños de Agosto de 2018