Indudablemente la LOMCE no solo es una ley que regula la educación de los próximos años. Es el planteamiento de una manera de entender la educación. Según leemos en sus primeras páginas, la LOMCE plantea la necesidad de implantar un nuevo modelo educativo ante los problemas que están afectando a la calidad educativa.
La argumentación que justifica la necesidad de implementar este nuevo modelo es bien sencilla:
Premisa 1: los resultados no son buenos (excesivo fracaso escolar, malos resultados según el informe PISA...)
Premisa 2: los resultados son una consecuencia de la aplicación de un modelo educativo
Premisa 3: la aplicación del actual modelo conlleva a aquellos resultados negativos
Conclusión: hay que cambiar de modelo
¿Pero quién establece el criterio por el que un resultado es positivo o negativo?, ¿quién elige al organismo responsable de evaluar la calidad educativa? Vaya, resulta que son los mismos que los que necesitan justificar la necesidad del nuevo modelo educativo. ¿No resulta sospechoso?
En futuros post navideños trataremos de poner en cuestión algunos de los supuestos que vertebran este nuevo modelo que la LOMCE erige como el salvador de la educación en nuestro país.