En el centro de esta foto, tomada ayer por la tarde desde el monte de Larués, puede verse la cima del Ori (Navarra) (primer 2.000 de los Pirineos desde el Océano Atlántico).
Este pico languidece al lado de los colosos aragoneses, de mayor envergadura, pero en sus laderas se retuerce penosamente la carretera que da forma al Puerto de Larrau, el más duro de los Pirineos y, por ende, uno de los más duros del Viejo Continente. Hasta Miguel Induráin se deshizo en sus rampas, allá por el año 1.996, cediendo su sexto tour de Francia.
Yo he estado ocho veces, y, por lo tanto, he tenido días buenos, donde uno se siente invencible, y días malos, donde sólo cabe arrastrarse y contener el aliento para soportar los calambres. Es un lugar mágico donde es muy fácil ver al mismísimo Satanás suplicando agua y aire, y al propio Dios rezando por evitar los dos últimos kilómetros.
Samuel Porcel Dieste
Más información en:
Larrau, la cruel sorpresa de hoy, en elmundo.es de 17 de julio de 1996