martes, 31 de enero de 2023

Educación plena

A la filosofía se puede llegar de muchas maneras. También, a través de los cuentos y relatos de ficción. Quizá fuera una de aquellas historias que nuestro padre nos contaba en la niñez de la manta, cuando el mundo de las cosas apenas se distinguía de los lugares imaginados. Quizá fuera un relato de Borges, o de Casares, o de Poe, lo que nos sumergió en las reflexiones sobre el tiempo, o el instante, o la muerte. O quizá fueran Las mil y una noches, cualquiera de ellas, que ya presentíamos antes de leer sus páginas.

Aquí podéis leer mi artículo para El Imparcial.


lunes, 23 de enero de 2023

Ganadores que perdieron

También la vida está hecha de momentos para el gozo y la perdición. Momentos en los que uno se pierde, hasta olvidarse incluso de sí mismo y de cuanto le rodea, en un sobresalto vital que, abrupta pero deliciosamente, nos instala a la espalda de las cosas, dejándolas de lado, desposeyéndolas de porvenir y de la obligada obediencia a tener que usarlas.

Aquí podéis leer mi artículo para El Imparcial.



domingo, 22 de enero de 2023

Entre risas y vinos

En sociedades construidas sobre los pilares del éxito y la conquista, de la competitividad y la marca, cuando apenas los sueños nos dejan escuchar otras voces que no sean ¡has llegado! o ¡lo has conseguido!, entre risas y vinos, un grupo de amigos discutíamos si llevan razón quienes creen que somos proyecto. ¿Verdaderamente tenemos que mirar hacia delante o, en un esfuerzo de sublime renuncia, podemos soltarnos hasta ir a la deriva? Ir la deriva, sin llegar ni objetivar. Hacer de ella casa, quizá el origen de poetas y vagabundos del saber.



«Los perdedores y los autodidactas siempre saben mucho más que los ganadores. Si quieres ganar, tienes que concentrarte en un solo objetivo, y más te vale no perder tiempo en saber más: el placer de la erudición está reservado a los perdedores.» (Umberto Eco)

jueves, 19 de enero de 2023

Ángeles

El mal se presenta de tantas maneras que a veces es difícil descubrir los ángeles que nos rodean. Y cuando estos aparecen, como la luz del sol al prisionero, deslumbran nuestros ojos que no están habituados. Y nos los frotamos, y siguen ahí mientras seguimos frotándolos. Pero cuando alguien descubre a un ángel, a este hay que cuidarlo, y cuidarse de que esté bien, sin atosigarlo, no vaya a molestarse. Ángeles los hay sobre las ventanas, o los tejados de quienes más duermen, en los sueños de los niños, o en los museos de las noches iluminadas. Los hay también en quienes nos rodean, aunque muchos no lo saben y se pavonean de lo que en verdad son defectos. Los hay solitarios y que prefieren las multitudes, gráciles y toscos, esbeltos y diminutos. Los hay bellos y feos, aunque para la gran mayoría pasan desapercibidos. Ángeles hay en las grandes ciudades, pero también en la oscuridad de los pueblos más helados.



Ángel es un compañero que de pronto te da la mano, o te susurra al oído lo que hizo el último domingo. Es quien te confía el penúltimo secreto, y espera que tú lo recibas con el abrazo de siempre. Ángel es también el profesor que ve al alumno desvalido, desorientado, y abandona su rutina para tenderle su mano. Y el que ama a sus pupilos para desnudar ante ellos el libro de las mil vidas, y los alumnos ríen, y él con ellos. Ángel es la persona que calla y espera que las palabras sigan su curso, incluso atropelladas, o amotinadas, hasta que los gritos dejan de oírse porque el tiempo se los ha llevado. Ángel es quien no espera nada, ni del rico su limosna ni del pobre su riqueza. Ángel es quien siempre mira de frente, aunque sea para decirte que no te va a mirar. Y te pregunta si le puedes acompañar, o cruzar un puente, o volar juntos hasta disolveros en las estrellas. Es quien te pone ante el misterio de las cosas, de las pequeñas y de las grandes, y te recuerda lo poco que somos, o lo mucho que aprendimos pero que ahora no vale de nada.

A veces, solo a veces, un ángel te mira, y te implora.

martes, 17 de enero de 2023

La luciérnaga y el sol

En un pueblo lejano había una luciérnaga especialmente luminosa. Destacaba sobre las demás a quien las comparaba, y en la noche era capaz de hacer el día y devolver a las cosas su color.

Todo el pueblo estaba tan agradecido, que hicieron una fuente de piedra en su honor en el centro de la plaza.

Mientras, la luciérnaga, acostumbrada a dar luz a su paso, vivía ajena a las ocupaciones y preocupaciones de sus gentes.

Pero un día la luciérnaga se fue del pueblo, dejando a la noche huérfana y a sus habitantes bajo un cielo profundamente gris. Y se fue con la naturalidad con la que viene la luz.


Hastiados de vivir sin luz, el poeta, el agricultor y el niño del pueblo decidieron consultar al gran sabio por si este podía conocer el paradero del coleóptero y hacerlo volver.

Al escuchar sus plegarias, el sabio les preguntó:

- ¿Qué echáis tanto de menos que ya solo la buscáis a ella?

Y el poeta replicó: - tan bellas formas y figuras, con sus colores y relieves, que así inspiran mis poemas y a mi naturaleza.

A lo que añadió el agricultor: - y el vigor y maduración de los frutos, visibles a la luz de la luna, incluso en los días de lluvia y tormenta.



El sabio, al observar que el niño no decía nada y permanecía mudo, se dirigió a él:

- Y tú, niño. ¿Qué echas tanto de menos que vienes hasta mí?

- ¡Qué ya no puedo soñar! ¡La luz interior!, es lo que se me ha llevado.


En ese momento el sabio comprendió, y dirigiéndose al niño, en voz alta, replicó:

- ¿Acaso viste a la luciérnaga lamentarse de perder su luz cuando sale el sol?

lunes, 16 de enero de 2023

Suelos digitales

Es así como los grandes colonos de las empresas tecnológicas van abriendo el nuevo imperio digital, sobre una tierra cada vez más desvalida, y más sola, y más huérfana, de cuerpos cada vez más invisibles y sensaciones cada vez más escondidas. 

Mi artículo de la semana

domingo, 15 de enero de 2023

Hogares

¡Qué bonito ver a mi regreso a los otros abriéndose paso en espacios públicos del saber! ¡Qué bonito soñar con que abrirá nuevas páginas, y quién sabe si nuevos libros!💓

sábado, 14 de enero de 2023

Belleza

En la tarde del viernes de ayer, acompañado de dos o tres personas más en la sala, como queriendo escaparnos de la siesta española, me decidí a ver la última de Hong Sang-Soo, titulada La novelista y su película. Me gustó, me gustó mucho, como un soplo de aire fresco en este aire contaminado de ruidos y efectos que golpean. No voy a definirla porque no se puede definir. Es una de esas películas a las que uno entra o se queda fuera desde el comienzo. Y si entras, ya no puedes salir. Un paseo por la vida, porque el día que viven los personajes podría estar sucediendo, también, en cualquier lugar donde hay palabras que decir y corazones que sentir. Y una superación del arte a través del arte, en el que ya no importa la trama y sin embargo sí estar juntos. Un encuentro de artistas hastiados de tener que revestir de ficción al mundo cuando el mundo es sobradamente hermoso, y todavía más hermoso de lo que pueda decir o presentar el arte. Solo hay que querer mirarlo, disfrutarlo, compartirlo, renunciando entonces a uno mismo y a su decir, y a ese empeño fútil de exagerar con palabras lo que sobrecoge y embellece. ¿Y por qué no hacer una obra de arte que sea testimonio espontáneo de la vida? De esto, y de mucho más, va la película…

lunes, 9 de enero de 2023

Horizontes de misterio

Mi artículo de hoy es una llamada a lo misterioso. A esas palabras que nos regala Pascal Quignard: "Empezó entonces a tocar la guitarra, cantando, y lloraba con dulzura. Luego lloró en el fondo de su corazón y sólo las lágrimas eran sonidos."




sábado, 7 de enero de 2023

Desconectados


Comparto esta sensible reflexión que nos regala el filósofo Fernando Broncano en la línea de este ¿nuevo? movimiento de desconexión que viven quienes todavía confían en formas alternativas de vida y existencia. Si Bradbury a mediados del siglo pasado confiaba en los bosques y la transmisión oral como medios de preservación de la historia y la cultura ante fuerzas políticas opresoras, ahora estos desencantados de la conexión esperan encontrar en la naturaleza lo que no encuentran en la vida conectada. Para reflexionar en las aulas:

 


"Estoy literalmente enganchado a los múltiples canales de youtube en los que alguien (una pareja generalmente, pero a veces una persona sola) adquiere una parcela en algún lugar perdido, construye o reconstruye una casa desde las ruinas o desde la nada, planta un huerto, se rodea de unas gallinas, unas cabras y decide emprender una vida off the grid, fuera de la red en un mundo de redes. Estos youtubers te cuentan el día a día, sus trabajos con el ensolado o techado, sus esfuerzos por aprender albañilería, ebanistería, mecánica, agricultura, algo de electricidad para las placas solares, ... Los videos, supongo, les ayudan económicamente y de paso extienden la alternativa de huir de la ciudad y emprender una vida campestre.

Todo ello mientras preparo mi curso de máster que dedico este año al hacer, en el amplio sentido aristotélico de la praxis, la tekné y la poiesis, y estos videos me vienen al pelo como ejemplos de la nostalgia del trabajo manual, artesano, no industrial, que termina en un producto del que se apropia quien trabaja; en los nuevos ideales de una vida con austeridad que adquiere a cambio el contacto con la tierra y el paisaje.

No tengo medios para evaluar estadísticamente este movimiento, ni luces para juzgarlo en toda la complejidad que tiene y con la complejidad que merece, y no hago más que preguntarme por su significado, que se corresponde en el entorno urbano con opciones similares de vida sin trabajo seguro, también sin jefes ni gerentes."

viernes, 6 de enero de 2023

De lejos

De un lector amigo me llega esta noticia que, de nuevo, advierte de la importancia del tacto y del contacto para fortalecer los vínculos sociales de apego y confianza. Y es que en nuestras sociedades tecnológicas mucho se incide en las ventajas y posibilidades que brindan los sistemas globales de información y comunicación, y apenas en todo lo que se pierde con la falta de gesto y contacto que aquellos suponen. ¿No están las nuevas formas telecomunicativas promoviendo sociedades desconfiadas, desapegadas y desvergonzadas?

La fotografía, tomada de la película "2001, una odisea en el espacio", pertenece a la escena en la que una adorable niña solicita a su progenitor, el doctor Heywood Floyd, cuando este viaja a la base lunar Clavius, un teléfono como regalo de cumpleaños. El internauta responde fríamente a la pequeña que ya tiene demasiados teléfonos. Un buen augurio de lo que está por venir.



jueves, 5 de enero de 2023

El momento de la gracia

En este día que los Reyes Magos están en camino podríamos regalarnos "El festín de Babette", una película que, además de lo que el título indica, es una honda y sincera reflexión sobre el misterio y el poder de la dación. Como en un momento confiesa uno de los personajes, en nuestra humana debilidad y miopía creemos que debemos hacer una elección en esta vida, y nos asusta fallarnos a nosotros mismos, cuando, tras el momento verdadero del recibimiento, que es la gracia, descubrimos que nuestra elección no importaba nada.

"Esta noche he aprendido, querida, que en este hermoso mundo nuestro todo es posible".




miércoles, 4 de enero de 2023

Salón familiar

Este encuentro familiar es casi una celebración de lo verdadero, que nada, o casi nada, tiene que ver con la verdad, y es que las palabras a veces dicen más de quién las dice que de aquello a lo que se refieren. Comparto esta hermosa composición de mi padre.


martes, 3 de enero de 2023

Humanos, todavía humanos

Como nos cuenta el maestro Emilio Lledó en su maravilloso ensayo Identidad y amistad, «ética» viene de ethos, palabra que, en sus orígenes, se refería al lugar de refugio, a la guarida, al sitio habitual donde cobijarse. Una reflexión al hilo...