Para Ana Belén,
Hay hombres que ni siquiera se equivocan, porque no se proponen nada razonable. (Goethe)
Ciertos libros parecen escritos no para que se aprenda algo en ellos, sino para que se sepa que el autor sabía algo. (Goethe)
Somos todos tan limitados, que siempre creemos tener razón, y así cabe imaginar un espíritu tan extraordinario que no sólo yerre, sino que, halle placer en el error. (Goethe)
Ciertos libros parecen escritos no para que se aprenda algo en ellos, sino para que se sepa que el autor sabía algo. (Goethe)
Somos todos tan limitados, que siempre creemos tener razón, y así cabe imaginar un espíritu tan extraordinario que no sólo yerre, sino que, halle placer en el error. (Goethe)
Lo que ha de importar al estudioso de una teoría no es tanto descubrir lo que ella dice como lo que no dice y debería ser dicho.
El término de un pensamiento no lo fija el tiempo del reloj, sino el pensamiento mismo.
El término de un pensamiento no lo fija el tiempo del reloj, sino el pensamiento mismo.