Los cambios adaptativos a la nueva situación lleva a plantearnos si no llegará el momento en el que determinadas prácticas que ahora nos parecen de provisional emergencia acaben siendo aceptadas, o incluso integradas, al quehacer de todos los días. Me pregunto si no habrá detrás del bullicio por la contención y la salud algunas alcazabas desde las que ya estemos siendo observados por telescopios de marfil. Los escenarios como el que estamos de movilización total suponen, a la par que una concentración de la energía, una desocupación y un vacío enormemente aprovechables para oportunistas que convierten lo que ven en oro. Con sus nuevos juguetes tecnológicos, de los que dicen que pueden exigir hasta una nueva carta de derechos, y ahora que andamos ocupados en proteger nuestra herencia sanitaria, estos oportunistas bien podrían estar ensayando el siguiente movimiento hasta el jaque final. Y lo harían camuflados tras cegueras de larga tradición como el optimismo o el conspiracionismo.
"Según ciertos pronósticos, nuestra técnica desembocará algún día en la hechicería pura. Llegado ese momento, todo lo que haremos ahora no habrá sido sino un impulso inicial y la mecánica se habrá refinado de tal forma que ya no exija nuestra torpe manipulación. Bastarán unas luces, unas palabras, más aún, un mero pensamiento. Un sistema de impulsos inundará y recorrerá el mundo." (Ernst Jünger, Abejas de cristal)
Decimocuarto día
"Según ciertos pronósticos, nuestra técnica desembocará algún día en la hechicería pura. Llegado ese momento, todo lo que haremos ahora no habrá sido sino un impulso inicial y la mecánica se habrá refinado de tal forma que ya no exija nuestra torpe manipulación. Bastarán unas luces, unas palabras, más aún, un mero pensamiento. Un sistema de impulsos inundará y recorrerá el mundo." (Ernst Jünger, Abejas de cristal)
Decimocuarto día