lunes, 26 de diciembre de 2011
La sociedad digital
jueves, 22 de diciembre de 2011
Libertad y necesidad
De pronto me encontraba en medio de un canal cuya corriente me arrastraba sin remedio hacia mi lugar de trabajo. Atravesaba montañas y valles, y a lo lejos podía adivinarse el perfil del pueblo donde ejerzo. La luz era tenue. La negrura de la noche daba paso al día. No sentía frío alguno. Enseguida me angustiaba la idea de no llegar a mi lugar de trabajo con puntualidad, pues la lentitud con la que corría el agua me hacía suponer que tardaría un buen rato en llegar. Iba vestido, pero no llevaba conmigo mis acostumbrados enseres. Tampoco llevaba reloj y no podía mirar la hora. Las casas del pueblo iban acercándose mientras el canal seguía arrastrándome a su ritmo. Pronto entendía que no había motivo para angustiarse. Mis clases tendrían que empezar cuando el agua me dejara ante la puerta del Instituto. Sabía que no había otra forma de llegar.
sábado, 26 de noviembre de 2011
Usos virtuosos y defectuosos de las TICs
Una pregunta planteada de forma breve, pero difícil de contestar: tres virtudes y tres defectos de las TIC’s y su aplicación en la enseñanza:
Respuesta: Las TIC’s, como cualquier otra tecnología, carece de virtudes y defectos. El uso que hagamos de ellas sí puede ser virtuoso o defectuoso. Así que lo que señalaremos son tres usos virtuosos, y tres usos defectuosos.
Usos virtuosos:
1.Las TIC’s pueden servir para facilitar la comunicación entre el profesor y los alumnos. A través del correo electrónico o las redes sociales los alumnos pueden dirigirse al profesor y a sus compañeros para resolver dudas o enviar trabajos, por ejemplo. El profesor también puede hacer llegar a los alumnos rápidamente todo tipo de materiales interesantes para la asignatura como apuntes, blogs, vídeos, etc.
2.Las TIC’s pueden ser usadas por los profesores como un medio para que los alumnos amplíen los conocimientos de clase. La función del profesor aquí consistiría en señalar los caminos que los alumnos pueden seguir si están interesados en un tema.
3.Las TIC’s pueden agilizar la clase. Proyectar un esquema complejo y poder alterar sus elementos de forma inmediata es más rápido que andar dibujando esquemas en clase. A veces, por ejemplo, pueden surgir cuestiones imprevistas y, mediante una buena conexión a Internet y un proyector, podemos, en cualquier momento, poner ante los alumnos un Velázquez, un vídeo con un discurso de Azaña o un texto de Boecio.
Como usos defectuosos de las TIC’s señalaríamos los siguientes:
1.Tomar las TIC’s como un fin en sí mismo hasta el punto de adaptar los contenidos de las asignaturas a las TIC’s y no al revés. El uso de las tics no es obligatorio, y a veces entorpecen en vez de ayudar.
2.Disculpar ciertos esfuerzos a los alumnos con la excusa de que ‘para qué quieren aprender x, si está en internet’. Esta actitud está haciendo mucho daño.
3.Que el profesor use el Power Point, la red o la famosa pizarra digital para desaparecer él.
Aquí se encuentra la entrevista completa articulada en sus tres temas fundamentales:
jueves, 17 de noviembre de 2011
La verdad y el error van de la mano
Nuestra retrospección nos ha puesto de manifiesto que es indiferente calificar al pasado filosófico como conjunto de errores o como conjunto de verdades porque, en efecto, tiene de lo uno y de lo otro. Cualquiera de los dos juicios es parcial, y en vez de pelear más les vale, al cabo, juntarse y darse la mano. (Ortega y Gasset, Epílogo de la filosofía)
jueves, 27 de octubre de 2011
Pero...¿y los libros?
Primero tenemos que ser alumnos, despertar y cultivar ese eros de conocimiento al que tanto refiere Platón, para poder enseñar. Y esto es algo que no se hace haciendo un cursillo del CPR, u ojeando páginas de diferentes libros de texto. Porque una cosa es reproducir oralmente lo que está escrito en los libros de texto o en sus correspondientes PowerPoints -eso lo puede hacer hasta un chimpancé- y otra muy distinta desandar el camino para volver a caminarlo junto a quien te quiera acompañar. Lleva años conocer las obras de Platón, Aristóteles, Descartes, Kant, Hegel, Nietzsche o Marx, lo mismo que conocer a fondo las teorías de Maxwell, Planck, Einstein, las de Poincaré, Quine y Gödel, o las obras de Shakespeare, Cervantes o Quevedo, pero solo si hemos pasado por eso, cada uno en su disciplina, solo si día a día cultivamos el conocimiento, créanme, puede haber verdadero aprendizaje. Me decía un alumno que no entendía por qué alguien puede querer dedicar la mayor parte de su tiempo a estudiar y a aprender, con lo aburrido y costoso que es. Pues bien, conseguir que este alumno se convenza de lo contrario, de que el conocimiento nos hace mejores personas, debe ser el fin de la educación.
Cada día estamos más sujetos a las imposiciones de un sistema que quiere de nosotros que nos conformemos con utilizar las TICs, hacer un par de cursillos al año, y que aprobemos a un porcentaje relativo de alumnos. Tengo la sensación de que llegará el momento en que el profesor, de cualquier materia, será verdaderamente sustituible, pero no porque en realidad lo sea, sino porque habrá quedado relegado a meras labores de reproducción de lo que dicta el lenguaje de las nuevas tecnologías, que cada vez es más suyo y menos nuestro. Y para colmo nos sorprendemos de lo que pueden hacer las nuevas tecnologías aplicadas a la educación, como programar las sesiones, hacer diarios de clase, colgar y visualizar las tareas,...y yo que sé qué cosas más... ¡pero si esto que pueden hacer ya lo llevamos haciendo desde siempre usando nuestra propia voz, la pizarra y la tiza¡ En fin, solo me queda citar a Unamuno: La verdadera ciencia enseña, por encima de todo, a dudar y a ser ignorante.
domingo, 16 de octubre de 2011
Sesenta y uno
Es en la Noche cuando acontece la comunión mística por la que el yo se desvanece hasta que no queda más que los olores y silencios de aquélla ("Huelo la noche en una comunión que no admite nombre ni señal.") De hecho, el poeta parece apresurarse a experimentar esas sensaciones porque sabe que cesarán con la llegada de la mañana ("Todas las mañanas aspiro el olor de mi almohada. Huelo mi sudor y las lágrimas antes de que vuelva otra vez la luz de la misma mañana.") Los olores y silencios de la Noche parecen repetirse y no sucederse como ocurre en el Día. Su ritmo, su tiempo es otro al de la sucesión y recuerda al retorno de los astros, los sueños y amores juveniles.
En el momento de la llegada de la Noche el poeta parece despedirse del niño que lleva consigo, que es su pasado, su biografía construida con ayuda de la razón y el recuerdo, siempre frágiles e insuficientes ("Me despido dulce del niño que nunca fuera olido en vida.") La mariposa es la forma, la belleza, sensible, pasajera, que no tiene cabida en la Noche y de la cual, cuando el yo duerme, no queda más que la vibración de sus alas. Ésta, la vibración, es el impulso metafísico, presente en todas las mariposas, en todo cuando vive o se mueve, que nos sobrecoge en la Noche y nos advierte que eso eres tú. ("La mariposa ha muerto pero su vuelo vibra y yo lo huelo también cada mañana.")
Todas las mañanas aspiro el olor de mi almohada.
Huelo mi sudor y las lágrimas
antes de que vuelva otra vez la luz de la misma mañana.
Huelo la noche en una comunión que no admite nombre ni señal.
Escucho en la carcasa de mis labios
el silencio sabroso,
el hierro del silencio,
escucho también, y huelo, los sueños de hierro que me deja la bajamar de la noche.
Me despido dulce del niño que nunca fuera olido en vida,
salvo en el breve momento del fuego sin leño,
en el cuchillo último del amor.
Los pies desnudos,
Los puros pies de ella florecidos aún.
El fuego se desprendía y viajó en alas de mariposa.
La mariposa ha muerto pero su vuelo vibra y yo lo huelo también cada mañana.
Huelo al niño en su caída, extraño.
En mi caída huelo al niño y escucho sus sibilancias
que el cuerpo creara antes de llegar al llano
que es el límite de todas las cosas.
Miguel Porcel
miércoles, 12 de octubre de 2011
El problema de la identidad
El alma, la autoconciencia, la memoria, ¿realmente son las cualidades que hacen que sigamos siendo los mismos a pesar de los cambios físicos y mentales?.... Yo creo que no, y si no fíjense en Jekyll y Hyde, entre quienes existe una continuidad basada en la conciencia y la memoria - de otra forma, si Hyde no supiera de la posibilidad de convertirse en el Doctor Jekyll o éste no recordara las inclinaciones y costumbres de Hyde, ambos carecerían del poder necesario para escapar a las fuerzas del Estado -, pero son completamente distintos, hasta el punto que cuando aparece Jekyll, Hyde no existe, y cuando surge Hyde, Jekyll desaparece. Siempre me han recordado a los contrarios de Heráclito, como la vigilia y el sueño, la salud y la enfermedad, lo seco y lo húmedo, que son incompatibles, en el sentido de que cuando aparece uno el otro debe desaparecer.
Pienso, más bien, que es la proyección que hacemos siempre hacia el futuro, eso que continuamente proyectamos o aspiramos a ser, lo que define nuestra individualidad. De hecho, veo en esta idea un argumento contra la inmortalidad del ser, o del alma, o del yo, o de cualquier sustancia que pretendidamente nos defina. Si vuelvo la mirada hacia atrás veo claramente que el David de ahora nada tiene que ver con el David de hace, pongamos, veinte años. Sé, por el recuerdo que tengo de mi imagen y por las relaciones sociales que siempre van referidas a mí, que sigo siendo el mismo en el sentido de que un gato sigue siendo el mismo gato a pesar de sus cambios físicos. Podría decirse que sé que soy el mismo en tanto en cuanto es la misma la unidad que define mi organismo, pero dicha unidad viviente nada tiene que ver con mi mismisidad o identidad, que sí ha cambiado, ¡y tanto que ha cambiado¡ Sé que hace quince o veinte años era yo el que jugaba al fútbol con mis amigos o a las damas con mi padre, pero ese yo de entonces es otro al de ahora. Mis aspiraciones, deseos y afanes ahora son otros a los de entonces, por eso, porque consisto justamente en lo que aspiro a ser, mi ser es distinto al de aquel otro David. Creo que a Unamuno y Ortega, en este sentido, nos les falta razón cuando afirman que somos seres hechos para pensar en el futuro, seres todavía no construidos, que por tanto hemos de mirar hacia delante para darnos ese ser que nos falta. Por ello, porque nuestro ser es siempre una aspiración, una proyección, en función de cuál sea ésta, seremos uno u otro.
sábado, 1 de octubre de 2011
El funcionario español
lunes, 26 de septiembre de 2011
Un día con las TICs
jueves, 8 de septiembre de 2011
¿Qué hay de la familia?
Sin embargo, creo sinceramente que el problema no sólo habría que tratar de solucionarlo desde una revisión del sistema. Es más, creo que toda tarea en este sentido puede resultar fútil si antes no se toma consciencia de una realidad mucho más presente y problemática en nuestra sociedad. Se trata, a mi juicio, de la profunda crisis que está viviendo en la actualidad el agente educador y sociabilizador fundamental: la familia. Creo que cualquier tentativa para mejorar la educación en nuestro país debe pasar por reflexionar sobre la situación de la familia española en nuestros días. Y es que el núcleo familiar es la principal fuente de la que emanan los valores y creencias que luego va a heredar el futuro alumno que llena nuestras aulas. De ahí que sea fundamental cerciorarnos de que dichos valores sean los adecuados y permitan efectivamente que el alumno pueda desarrollarse conforme a sus verdaderos intereses e inquietudes.
domingo, 4 de septiembre de 2011
El problema de la autoridad moral
jueves, 11 de agosto de 2011
viernes, 8 de julio de 2011
Prisa por vivir sin prisa
"Somos nuestra vida, y nuestra vida consiste en que nos hallamos obligados a sostenernos en medio de las cosas, del ancho y complicado contorno. Tenemos en cada instante que decidir lo que vamos a hacer, esto es, lo que vamos a ser en el instante inmediato. Si fuésemos eternos, esto no nos angustiaría; lo mismo daba entonces tomar una u otra decisión. Aun erradas, siempre quedaba tiempo para rectificarlas. Pero lo malo es que nuestros instantes son contados y, por tanto, cada uno es irremplazable. No podemos impunemente errar: nos va en ello... la vida o un trozo insustituible de ella. El hombre tiene que acertar en su vida y en cada momento de ella. Por eso no puede su existencia consistir -como la de los olímpicos- en un indiferente y elegante resbalar de cosa en cosa, de ocupación en ocupación, según lo que buenamente traiga el azar a cada jornada. Los olímpicos, seguros de que no morirán nunca, pueden permitirse este lujo; lo mismo da hoy que mañana, esto que lo otro. Pero el hombre tiene prisa. La vida corre. La vida es prisa. De aquí la esencial desesperación que nos produce el esperar, la calma de las cosas. Ellas tienen y se dan más tiempo que el que está a nuestra disposición." (¿Qué es la vida? Lecciones del curso 1930-1931, pp. 445, 446)
Sin embargo, la prisa que debiera caracterizar al ser humano, pretérito o actual, no parece corresponderse con la prisa que de hecho define al hombre contemporáneo, inmerso en las actuales sociedades nihilistas. El hombre de hoy no tiene prisa por vivir, sino que vive con prisa. No parece experimentar la necesidad de realizar sus expectativas vitales y, en cambio, vive empujado por una especie de frenetismo enloquecido que le obliga a hacer todo con prisa, no sólo en el ámbito laboral, sino ya en casi cualquier esfera vital. Cada vez miramos más el reloj, y no por capricho, sino porque necesitamos saber cuanto tiempo nos queda para hacer esto o aquello; cada vez hay más cosas que necesitan su procedimiento y sus plazos para ser realizadas; cada vez nuestros ciclos naturales se rigen más por el ritmo acelerado con que se mueve el mundo tecnológico actual; incluso nuestra sensibilidad estética se vuelve intolerante y ya apenas soportamos el ritmo pausado de las películas orientales. ¡Pero si hasta cuando paseamos una tarde de domingo ya no disfrutamos del paisaje¡ No me extrañaría nada que algunas de las actuales enfermedades cardíacas tuvieran su origen en este frenetismo colectivo visible en casi todos los lugares, y estoy convencido de que muchas de las depresiones y trastornos psicológicos tienen su raíz en el hecho de darse uno cuenta que ya no es dueño de su vida. Por eso pienso que deberíamos pararnos a pensar sobre la situación en la que estamos y escarbar de vez en cuando en nuestro fondo interior, pero no demasiado tarde, no vaya a ser que al fin nos quedemos sin tiempo para averiguar verdaderamente qué queremos hacer con él.
jueves, 7 de julio de 2011
Tres textos para tres autores
Os dejo con un fragmento de las Lecciones:
Ahora bien, el idioma vulgar que contiene en boceto todas las ciencias posee también una psicología. Y esa psicología espontánea del lenguaje llama a todo ese caer yo en la cuenta ahora de lo que ya antes tenía y era, recuerdo, reminiscencia. He aquí el término que Platón elegirá para aclararnos lo que el hombre hace para conocer: acordarse. ¿Cabe nada más opuesto a la recepción, a la percepción? Así, en el Menón nos dirá formalmente: La investigación y el saber no son, en definitiva, más que reminiscencia (81 d) Concretemos, pues: cuando yo trato de saber si alguien es justo tengo primero que averiguar lo que es la justicia, y eso no lo puedo aprender de ese alguien ni de ningún otro hombre. Tengo que desentenderme de los datos que me llegan de fuera y recogerme en mí mismo, ensimismarme y solo conmigo, descubrir en mí el concepto de justicia. Conocer es, pues, ensimismarse; esto es lo que el hombre tiene que hacer para saber. Una vez que ha hecho esto, una vez que poseo el ser-justicia, vuelvo hacia fuera y puedo decidir qué hombres y en qué medida son justos, qué cosas son blancas, qué cuerpos son cuadrados (...) Los cuerpos, por ejemplo, no tendrán tamaños determinados, no serían cubos o pirámides o esferas si yo no aplico a ellas la geometría, si yo no las traduzco o transformo en formas y medidas geométricas. Pero esta geometría la pongo yo, viene de mí, es obra de mi labor íntima, de mi ensimismamiento. (pp. 461)
sábado, 4 de junio de 2011
sábado, 28 de mayo de 2011
La carta decisiva
jueves, 26 de mayo de 2011
El signo de nuestro tiempo
viernes, 20 de mayo de 2011
Aforismos IX
Platón ideó la teoría de los dos mundos porque no le bastaba el mundo en que vivía.
No nos inquieta pensar que la vida debe cesar alguna vez, sino la idea de no ser más.
No se puede experimentar la muerte, como no se puede dormir estando despierto.
miércoles, 18 de mayo de 2011
Blogs de alumnos y de ex-alumnos
martes, 17 de mayo de 2011
Sueños
domingo, 15 de mayo de 2011
El nuevo opio del pueblo
La televisión nos tantaliza, quedamos como prendados de ella. Este efecto entre mágico y maléfico es obra, creo, de exceso de la luz que con su intensidad nos toma. No puedo menos que recordar ese mismo efecto que produce en los insectos, y aun en los grandes animales. Y entonces, no sólo nos cuesta abandonarla, sino que también perdemos la capacidad para mirar y ver lo cotidiano (...) Al ser humano se le están cerrando los sentidos, cada vez requiere más intensidad, como los sordos. No vemos lo que no tiene la iluminación de la pantalla, ni oímos lo que no llega a nosotros cargado de decibeles, ni olemos permufes. Ya ni las flores los tienen. Ernesto Sábato, La resistencia
jueves, 28 de abril de 2011
Pedagogía doctrinaria
Parece un contrasentido encomendar a los filósofos la tarea de educar a la ciudadanía desde una serie de valores y principios cuya validez no ha sido puesta en cuestión. Precisamente el valor de la filosofía radica en su libertad para pensar o discutir cualquier doctrina que pretenda erigirse como verdadera. No es de extrañar, por tanto, que algunos profesores de filosofía, en lugar de limitarnos a transmitir la doctrina tal como nos viene dada a nuestros alumnos, nos esforcemos en dilucidar aquellos supuestos que se encuentran escondidos en cada uno de los dogmas de lo que algunos de mis colegas han llamado pedagogía oficial. Un rasgo idiosincrásico de los fundadores de este tipo de materias doctrinarias es su reticencia al cambio. Sus dogmas permanecen inalterables en el tiempo, de forma que casi cualquier ejemplo histórico, como se ve a continuación, nos puede servir para descubrir esos supuestos:
En cuanto Dios creó al hombre no lo creó para que viviera solo, sino para que pudiera comunicarse con los demás hombres, para ello le dio dones, como el lenguaje con el fin de que pudiera hablar con ellos y también le dio unas inclinaciones naturales, como el amor y la generosidad (extracto de unos apuntes de Formación del Espíritu Nacional)
Hay proyectos personales y hay también un proyecto que todos compartimos. Todos queremos ser felices. Con ese objetivo nos relacionamos, fundamos familias, trabajamos, estudiamos, inventamos cosas. Para ser felices necesitamos vivir en un ambiente adecuado, sin violencia, donde la gente se respete, donde haya justicia. (extracto de un manual de Educación para la Ciudadanía y los Derechos Humanos)
Segundo principio: Debemos aprender a controlar nuestros impulsos negativos
Educar la inteligencia emocional, es decir, comprender y controlar nuestros sentimientos, es imprescindible para vivir satisfactoriamente con nosotros mismos y con los demás (E.C.D.H.)
¿Qué significa saber vivir en comunidad? Significa saber vivir dentro de un orden. El orden es necesario en toda sociedad, aunque sea muy pequeña, porque sirve para que los miembros de esa comunidad cumplan el fin que tienen, sin que se lo impidan los unos a los otros abusando de su libertad (F.E.N.)
Hay sentimientos buenos y malos. Son sentimientos buenos los que facilitan la convivencia, el entendimiento, la ayuda mutua, la colaboración, el modo adecuado de resolver los conflictos. Es decir, los que favorecen la construcción del proyecto ético común. Son malos los sentimientos que impiden las relaciones, provocan peleas, rompen la comunicación (E.C.D.H.)
En primer lugar, debemos sentirnos afectados por tanto sufrimiento. En segundo lugar, debemos ser “la voz de los que no tienen voz”. Unos niños que no han recibido educación, que están obligados a trabajar para sobrevivir, que no han conocido más que la miseria, tienen muy pocas posibilidades de introducir cambios en sus vidas y en sus sociedades, pero nosotros sí podemos ayudar a que sus vidas mejoren. Nosotros debemos ser sus defensores. Esto contribuiría a hacer un mundo justo. Esta es una tarea en la que todos deberíamos empeñar nuestra inteligencia. Podemos hacer entre todos un “proyecto para un mundo justo” (E.C.D.H.)
Al buscar la felicidad, que es el gran impulso que mueve a todos los seres humanos, se van descubriendo algunos bienes fundamentales que todos deseamos tener, porque los consideramos indispensables para ser felices. Hay objetos, relaciones o situaciones que nos parecen por ello "valiosas", es decir, que poseen un valor. Hay distintas clases de valores (...) Valor estético: es el que indica la belleza de algo o de alguien. La palabra “estético” hace referencia a lo bello y lo feo. Un poema o una flor tienen un valor estético (E.C.D.H.)
viernes, 25 de marzo de 2011
Subiendo a la cima del Ori
Más información en:
Larrau, la cruel sorpresa de hoy, en elmundo.es de 17 de julio de 1996
jueves, 17 de marzo de 2011
De tu carne, el nombre
Hay quienes aseguran (pienso en María Zambrano, Poesía y verdad) que la filosofía es la búsqueda de lo eterno e inconmovible, de cierta verdad que resista el poder del tiempo y los avatares de la historia. ¿Pero es tal hazaña posible?, ¿puede haber algo más que se sume a lo percedero?...Os dejo la última aportación de nuestro querido colaborador Miguel Porcel:
De tu carne, el nombre
De tu carne, el nombre.
De tu hueso, el nombre.
La sombra, del cuerpo.
¿Cómo te llamas, sombra?
De tu cuerpo, mi sombra.
Yazgo en el frío.
Yo soy un charco.
De tu piel, las cenizas.
Han pasado los años para nada.
De la nada, la sangre
ya bebida, inservible sangre,
muertas las heridas felices.
Miguel Porcel
Febrero, 2011
miércoles, 9 de marzo de 2011
domingo, 27 de febrero de 2011
Cierro los ojos
De nuevo nuestro ocasional colaborador y poeta Miguel Porcel Berdala nos invita a la lectura de una de sus últimas aportaciones. El poema nos habla del miedo, del horror, ¿a la nada?, ¿a no ser más?, ¿a descubrir que todavía no somos?... Y ese espanto ante el vacío -parece decirnos- nos obliga a abrir los ojos, a tratar con el mundo y los otros, a oír esos pájaros humildes que saltan en la barandilla, que esperan, quizá, ser también escuchados...En fin, disfrutadlo:
Cierro los ojos
Oigo como se va acercando a mi cara el ruido del horror,
su música.
Cuando el miedo estalla del todo y me cierra los oídos,
me hielan la carne los visajes de la danza.
Abro los ojos porque quiero salir:
lo que veo ahora es la luz,
lo que escucho es el canto de los pájaros humildes que saltan en la barandilla.
Cierro otra vez los ojos,
y duermo de nuevo.
Miguel Porcel,
viernes, 25 de febrero de 2011
Una valiosa lección
miércoles, 23 de febrero de 2011
Aforismos varios VII
La muerte parece existir solo para quien la anticipa.
Lo caduco y perecedero carecen de opuestos.
jueves, 17 de febrero de 2011
Aforismos varios VI
Para escépticos y no escépticos,
Quien tiene verdaderas razones para no creer en nada ya sabe algo.
El error de Descartes consistó en no dudar de su propia filosofía.
La filosofía, a diferencia de la ciencia, no busca asentar fundamentos, sino desmontar los ya establecidos.
Un filósofo crédulo es como un cuadrado redondo: un ser imposible.
viernes, 11 de febrero de 2011
El don del librepensador
viernes, 4 de febrero de 2011
Himno
Himno
que anuncia en la noche del alma una aurora,
y estas páginas son de este himno
cadencias que el aire dilata en las sombras.
Yo quisiera escribirlo, del hombre
domando el rebelde, mezquino idioma,
con palabras que fuesen a un tiempo
suspiros y risas, colores y notas.
Pero en vano es luchar; que no hay cifra
capaz de encerrarle, y apenas ¡oh hermosa¡
si teniendo en mis manos las tuyas
pudiera, al oído, contártelo a solas.
Gustavo Adolfo Bécquer