Comparto esta sensible reflexión que
nos regala el filósofo Fernando Broncano en la línea de este ¿nuevo? movimiento de desconexión que viven quienes todavía
confían en formas alternativas de vida y existencia. Si Bradbury a mediados del
siglo pasado confiaba en los bosques y la transmisión oral como medios de
preservación de la historia y la cultura ante fuerzas políticas opresoras,
ahora estos desencantados de la conexión esperan encontrar en la naturaleza lo
que no encuentran en la vida conectada. Para reflexionar en las aulas:
"Estoy literalmente enganchado a los múltiples canales de youtube
en los que alguien (una pareja generalmente, pero a veces una persona sola)
adquiere una parcela en algún lugar perdido, construye o reconstruye una casa desde
las ruinas o desde la nada, planta un huerto, se rodea de unas gallinas, unas
cabras y decide emprender una vida off the grid, fuera de la red en un mundo de
redes. Estos youtubers te cuentan el día a día, sus trabajos con el ensolado o
techado, sus esfuerzos por aprender albañilería, ebanistería, mecánica,
agricultura, algo de electricidad para las placas solares, ... Los videos,
supongo, les ayudan económicamente y de paso extienden la alternativa de huir
de la ciudad y emprender una vida campestre.
Todo ello mientras preparo mi curso de máster que dedico este
año al hacer, en el amplio sentido aristotélico de la praxis, la tekné y la
poiesis, y estos videos me vienen al pelo como ejemplos de la nostalgia del
trabajo manual, artesano, no industrial, que termina en un producto del que se
apropia quien trabaja; en los nuevos ideales de una vida con austeridad que
adquiere a cambio el contacto con la tierra y el paisaje.
No tengo medios para evaluar estadísticamente este movimiento, ni luces para juzgarlo en toda la complejidad que tiene y con la complejidad que merece, y no hago más que preguntarme por su significado, que se corresponde en el entorno urbano con opciones similares de vida sin trabajo seguro, también sin jefes ni gerentes."