Era un vendedor de píldoras perfeccionadas que quitan la sed. Se toma una por semana y ya no se sienten ganas de beber.
- ¿Por qué vendes eso? -preguntó el principito.
- Porque con esto se economiza mucho tiempo. Según el cálculo hecho por los expertos, se ahorran cincuenta y tres minutos por semana.
- ¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?
- Lo que cada uno quiere...
Si yo dispusiera de cincuenta y tres minutos -pensó el principito- iría poco a poco hacia una fuente...
El pequeño príncipe, Saint-Exupéry
3 comentarios:
Anticipa Exupèry una visión del tiempo que ahora se cumple. Vamos a pagar hasta por el aire que respiramos. Me gusta este rincón de pensamientos únicos. Saludos.
Gracias, enlazo tu blog en el mío.
Es uno de mis pasajes preferidos del libro. Que bien desenmascara la obsesión del tiempo, del ahorro de tiempo, de la mercantilización del tiempo.
Saludos a los dos.
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