ENSAYOS
1
No digas nada,
pon tu silencio a prueba.
No será por tu boca por donde llegue
la palabra,
sino a través de la muralla de tu carne,
de tu piel y de tus ropas.
No vivas del desgarro
ni hagas de tu cuerpo herido
una sanguinolenta estatua de san Sebastián,
o del Cristo atado a la columna,
que las turbas celebrarían con unívocos cantos.
Acepta que la palabra nazca
cubierta de tu vieja miseria : límpiala
y mírale con amor a la cara,
al sinsentido de su ser.
No busques tus ojos en sus cuevas
donde reside la noche silenciosa de la luz
que, alcanzado el día, propiciará nuevos desvelos
a quien la llame y escuche,
tal es la condición de los enamorados ojos
capaces de leer en los vacíos:
el deseo.
(Miguel Porcel Berdala, 4 de Diciembre de 2000)
4 comentarios:
Enhorabuena por el poema,
cada palabra, cada verso, ocupa su lugar y carga al conjunto de significación y coherencia. Al leerlo tengo la sensación de que quien lo escribe es un maestro que descubre a su discípulo los misterios del amor y le prepara para que pueda experimentar el grado máximo del amor.
Visito tu blog desde hace tiempo, pero hoy dejo mi primer comentario. He de decirte que me encanta esta bitácora; los textos son sumamente hermosos. Este poema, en concreto, es bellísimo; he disfrutado mucho leyéndolo. Un saludo.
Estimado Safo:
me alegra saber que te guste el blog, en concreto el poema se lo debemos al autor que lo firma, colaborador ocasional. He añadido tu blog a mis favoritos, trata diversos temas de interés y lo visito ahora que tengo noticia de él. Un cordial saludo. David
ouh yeah!
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