INVITACIÓN PARA OTROS TANTOS AÑOS
Y habrá que ver las destartaladas terrazas
donde se guardan los triciclos viejos,
que el tiempo menguó y cubrió de extrañeza,
habrá que ver los almendros perdidos enmedio del invierno,
floreciendo a raudales,
mostrando al frío su sacrificio,
habrá que ver esos vientos invernales
que se cuelan hasta el junio de las avenidas
y el solitario sol de los bancos vacíos del agosto,
habrá que ver la noria de los octubres secos,
rodando una vez más alrededor de la luz enardecida,
y los abetos de diciembre
a los pies de los cuales pastan caballitos de cartón,
todo, y cada vez, habrá que verlo
y cada amanecer desconocido
y cada tarde de juicio final en la que el reo
siéntese excarcelado para siempre
y bebe,
habrá que verlo todo hasta el final
para lo cual mejor será que me prestes tus ojos.
14 de enero de 2000
Miguel Porcel
2 comentarios:
Cuando leo un poema, advierto en seguida si se mantiene en pie, si respira, si el lenguaje fluye, si las imágenes tienen inspiración… y he de decir que mi lectura de este ha sido agradable en ese sostenido que llega hasta el colofón que constituye una sorpresa poética.
Saludos.
Gracias, Joselu. Se lo debemos a mi padre.
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