En el contacto humano apareció la necesidad del fuego, como llamando el calor al calor. Con el primer abrigo, la necesidad del cuidado. Pero eso en las praderas y los valles, donde era posible el frotamiento de los cuerpos bajo el amparo del sol. En lo más alto, allí donde no alcanzaba el calor y sometidos a altas presiones, en las montañas de hierro helado, los hombres se sentían solos y abandonados, separados para siempre por la adversidad y la inclemencia. Como enfrentados unos con otros, decidieron no cuidarse más que a sí mismos y desligarse, por fin, del último aliento de calidez.
Pero un día el destino quiso que ambos reinos se encontraran; los unos buscando el contacto, los otros ahondando su soledad. Y lo que se produjo, más bien, fue un fortalecimiento de cada reino, haciéndose el sol más cálido y el hierro más helado.
Reflexión del 12 de Agosto
6 comentarios:
Me desvío, seguro, del sentido de tu reflexión y del simbolismo, pero no he podido evitar pensar en los antiguos mazos hidráulicos que había en nuestra zona: el agua generaba viento que a su vez avivaba el fuego que forjaba el hierro y el acero. Acero y hierro se unían mediante un ingenioso proceso gracias a tierra y fuego, se le llamaba soldar a calda.
Tierra, fuego, metal, agua y viento.
Los reinos siempre se necesitaron.
Preciosa entrada, David.
Bello relato sobre la muerte o la mitificación del Uno. La vida como habitat de la escisión, de la carencia. El deseo.
Es verdad, en tanto que elementos se necesitan y compenetran. Gracias por compartirlo. Un fuerte abrazo.
Exacto. La unidad o la plenitud son, también, reflejo y máscara de ese deseo primordial, del que la sabiduría oriental enseña que donde no lo hay nada puede suceder.
Bellamente expresado y con ecos sugerentes. Sin embargo, veo más la vieja cuestión de los opuestos, y su potenciación por necesario contraste, que su complementariedad.
El sol ha de enfriarse calentando al acero; el cuidado rompe la soledad y esta es necesaria para que haya cuidado que, al romperla, se va gastando.
Salud
Sí, otro punto de vista muy sugerente.
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