miércoles, 22 de abril de 2020

Pensamiento mágico (III)

Me pregunto si una de las incorrecciones de nuestro tiempo sigue siendo ver la técnica como un resultado de lo mejor que queremos sacar de nosotros mismos, esto es, como un acto de la más preciada libertad y de la más precisa racionalidad. Y me pregunto, yendo más allá, si la técnica en verdad no nos reencuentra con lo salvaje, liberando impulsos que creíamos olvidados.

"En el ámbito más profundo de la técnica, allí donde ésta se convierte en hechizo, lo económico, el aspecto de poder, cautiva menos que el aspecto lúdico. Queda claro entonces que somos presas de un juego, de una danza del espíritu que ningún arte aritmético es capaz de captar." (Jünger)






"El movimiento planetario de la técnica moderna es una potencia cuya magnitud, históricamente determinante, no puede ser realmente sobrevaluada. Es, a mi ver, un problema decisivo el de cómo se pueda asignar un sistema político -y cuál- a la edad de la técnica." (Heidegger)

4 comentarios:

M. A. Velasco León dijo...

No creo que nos enlace con lo salvaje ni más ni menos que otras realidades. Eso sí, ofrece enormes posibilidades de amplificacióna de la acción salvaje y de sus efectos.
Pensemos en el siglo XX y lo que va del XXI

David Porcel Dieste dijo...

Creo que amplificación y conexión, pero me llevaría tiempo tratar de mostrarlo. Algo escribiremos. Un abrazo

Robin de los bosques dijo...

Te iba precisamente a preguntar en qué sentido veías que la técnica nos reencuentra con lo salvaje.
Me parece que uno de las mayores incorrecciones es asimilar más técnica a mejor, sin saber muy bien qué es exactamente lo mejor y,para quién y por qué. Pero bueno, esto se desvía del tema.

David Porcel Dieste dijo...

Claro, y, de hecho, asimilar la técnica al reino de los fines (que debamos pensar qué técnica queremos sólo en vista del para qué la queramos), a mi modo de ver, también comporta riesgos. La técnica no es sólo expresión de racionalidad y voluntad. Muy buen apunte.