Lo que el autor cuenta puede quedar inadvertido, pero no así los restos que una mano inocente, que pasa por ahí, pueda recoger. El milagro es que el autor no dará cuenta de esa mirada, pero sin la cual no sería.
Sobre este milagro, versa el poema de mi padre,
Tarkovski
Me manejo mejor en esta matemática
privada.
Encontré un compás que Tarkovski perdió en un barrizal
y que no echaría en falta,
pues nunca lo iba a necesitar,
y, desde entonces,
trazo
círculos y más círculos
en unos papeles que guardo con cuidado,
círculos pequeños y grandes,
exteriores, interiores,
tangentes, secantes.
Los guardo por si acaso algún día pudieran,
por arte
de magia,
haberse convertido en poemas de amor
que algún inocente leyera al corazón de su vida.
1 de Mayo de 2020
Miguel Porcel
León sobre pilar, J.A. Porcel
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