Viendo
ayer Náufragos, de Hitchcock, una
de tantas películas que las nuevas generaciones de estudiantes desconocen por
tratarse de un film en blanco y negro, se me ocurrió plantear un dilema ético
para futuros alumnos de Bachillerato. Un dilema basado en el siguiente
escenario, planteado desde el minuto 22 hasta el 25, por si alguien lo puede
visionar. En plena Segunda Guerra Mundial un barco de las fuerzas aliadas es
hundido por un submarino alemán y nueve personas quedan náufragos en una barca
con escasas provisiones. Entre ellos un capitán nazi que, por su experiencia
y condición, entiende de navegación, pero del que nada saben. Enseguida surge
la cuestión de quién debe asumir la responsabilidad de tomar el timón de la
barca que va a la deriva. Ninguno de los civiles británicos y norteamericanos tiene nociones de navegación.
¿A quién confiar el destino de todos? ¿Quién debería asumir el timón? ¿Nos guiamos por la experiencia o por la ideología? ¿Qué factores debemos tener en cuenta para decidir por el bien de todos? ¿Qué procedimiento seguimos para decidir? ¿Dejamos el mando al capitán de las fuerzas enemigas? ¿Pero por qué tendríamos que fiarnos de él? ¿Lo dejamos entonces en manos de alguien inexperto?
La epistemología tradicional se ha iniciado en la preocupación de qué es lo que podemos conocer y qué podemos hacer con lo que conocemos. Sin embargo, esta situación muestra que es mucho más preocupante lo que desconocemos que lo que conocemos. ¿Debe ser el desconocimiento un factor a tener en cuenta en la toma de decisiones? ¿De qué forma el
desconocimiento puede influir en el resultado? ¿Qué actitud/es deberíamos
asumir ante lo desconocido? ¿Y hasta qué punto somos responsables de lo que
desconocemos? ¿Es la acción de desconocer una acción libre y responsable? ¿Podemos hacer por evitar que el
desconocimiento nos influya negativamente? ¿Tenemos algún tipo de control sobre
lo que nos es desconocido? ¿Existen estrategias inteligentes para afrontar lo
desconocido?
Sobre el mismo asunto, puede consultare el libro de Mar Cabezas Dilemas morales: entre la espada y la pared., concretamente el que lleva por título Hoy por ti, ¿mañana por mí? Confianza y cooperación.
2 comentarios:
Puede ser una variante del dilema del prisionero. A la que has añadido un montón de consecuencias y de posibles presupuestos muy interesantes. Has construido un macrodilema.
Gracias. Lo adecuaré para actividad de clase. Creo que da juego, sí, también en conexión con la idea que desarrolla el gran Robert B. Pippin en su magistral Hitchcock, filósofo: "Ningún otro director es tan capaz e intuitivo al explorar cinemáticamente en qué consiste vivir en, y soportar, ese estado de profundo desconocimiento, así como al describir los grandes riesgos que esperan a cualquiera que desafíe la complacencia cotidiana, la confianza fácil en que las cosas son en buena medida lo que parecen."
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