Ayer fue un día
inolvidable. Para vosotros, pero también para nosotros. Un día de abrazos, de
recuerdos, de alegrías y añoranzas que ya resuenan a tiempos futuros y más
prometedores. Las semillas se siembran del alborozo, de la risa, de palabras no
dichas y lágrimas que caen en cuerpos de otros. Día inolvidable.
Se puede estar acompañado, pero no tan bien acompañado. Se puede estar juntos, pero no tan unidos. También vuestra noche fue inolvidable para nosotros. Y recordad, del corazón que ahora se abre, que incluso en los momentos más solitarios siempre habrá a vuestro lado un Porcel. Siempre alguien que os escuche, y os entienda, y os quiera. Porque de eso va la humanidad, de hacer historias juntos. ¡Feliz noche!
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