En un día sin niños atravieso un campo de hortalizas hasta llegar a un porche y al fondo a una puerta, hallándome en una sala sin cuadros ni ventanas. Una vieja mesa de madera separa dos hileras de profesores que discuten acaloradamente sobre asuntos incomprensibles para mí. Unos sobre la influencia del color de las carpetas en la inteligencia humana. Otros sobre la inconveniencia de la nueva hora de salida ahora que el director ha desaparecido.
Sin preguntarme el nombre, les interrumpo:
Pienso que la razón llevada al extremo conduce al Mal, al contrario que el amor, cuya potencia no hace sino potenciarlo.
Sueño del 3 de Enero
2 comentarios:
Veo el futuro inmediato, pasado mañana. Y el absurdo en que la administración nos tiene sumidos. Veo tus preocupaciones docentes.
Veo el Capricho nº 43 de Goya enfrentado a la fuerza generosa y necesaria, intuida por todas las místicas y, antes que ellas, por muchas mitologías.
Veo que tu inconsciente esta vez además de simbólico es muy conceptual.
Veo que el sueño ya no es el mismo que el sueño que tuve. Un abrazo
Publicar un comentario