Las luces no siempre dejan de lucir porque se apague el interruptor. Rara vez, pero ocurre, lo inesperado entra en escena sobrecogiendo a quienes conservan intacta la visión. La melodía de lo sempiterno inunda la sala y ya nadie sabe si aquellas siguen encendidas o apagadas. Es en esos momentos cuando uno descubre que lo verdaderamente otro no se encuentra en este lado:
“Cuando entró allí
con el grial que llevaba sobrevino tan gran claridad que todas las velas
perdieron su luz como las estrellas y la luna cuando sale el sol.” (Chrétien de Troyes, El cuento del grial)
2 comentarios:
Entre la teofanía y la novela de caballería te veo.
Cuidado con la segunda, no se te reblandezca el seso como a Don Alonso.
Salud y alegría (como dice D. Rafael el Churrianero)
Sí, y al hilo de una de las mayores estudiosas de la cultura y literatura medieval, muy interesante, Victoria Cirlot, hija del venerable Juan Eduardo Cirlot, que ya conocemos. Muy recomendable escuchar sus conferencias en el canal de Youtube.
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