Impresionante la narración que hace mi hermano de su gesta-vuelta a Alemania, y que de alguna manera me han evocado estas palabras de Nietzsche de La gaya ciencia: «no somos ranas pensantes, ni tampoco aparatos de objetivar y registrar, con frías entrañas. Hemos de alumbrar constantemente nuestros pensamientos con nuestro dolor y darles maternalmente cuanto poseemos de sangre, corazón fuego, placer, pasión, tormento, conciencia, suerte y destino. Vida significa para nosotros todo cuanto somos, cambiar continuamente en luz y en llama».
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