lunes, 19 de junio de 2023

El ciego

Cuando se dice de los profesores que descansan en verano, como queriendo decir que en su profesión solo está dar clase a sus alumnos y que, a falta de estos, ya no pueden ejercer, se olvida un aspecto esencial de cualquier forma de enseñanza.

Se olvida que los veranos, además de tiempo de familia y amigos, es tiempo de renovación y depuración, y es que, esas ideas y conocimientos que ya fueron amorosamente transmitidos en el curso que se deja, han de dejar paso a los nuevos que esperan ser estrenados. Y así es como he dado con esta maravillosa edición de las fábulas de Esopo, ilustradas por Arthur Rackham, que, a buen seguro, darán para nuevas y enriquecedoras reflexiones y comentarios.

Y, si no, id pensando sobre lo que nos pueden decir el tacto y el gesto, que es tanto, que pueden llegar a descubrir lo que no dice la palabra.



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