domingo, 25 de enero de 2015

Acaba la tarde

Creemos ilusamente que el otro nos mira, como cuando de niños jugábamos mirando de reojo a esa madre o ese padre a quien siempre nos confiábamos.

Creemos ilusamente que nuestras acciones dejarán huella, como sobreponiéndose a la arena movediza y siempre inconclusa.

Creemos en el reconocimiento como si de un otro intemporal se tratara, cuando éste forma parte de la misma amalgama.

Sólo los restos, aquello con lo que además no contábamos, perdurarán para un ojo ciego, que no alcanza a ver....

.... (una reflexión de David Porcel al hilo de Acaba la tarde)



Acaba la tarde

Acaba la tarde.

Qué alegría volver a la cena, al plato viejo, al agua,

a los ojos cerrados.

Soy dueño de todo, salvo  de los desechos que fui dejando en las horas.

Papeles hechos añicos  me reclamarán cuando esté en el mejor de los sueños.

No esperes testigos de nada,

nadie es testigo, excepto de su ceguera.

Desconsuélate: estabas solo,

ni el peor de los crímenes dejó una huella visible,

ni el amor pisó una tierra que pudiera delatarte.

Sólo los restos, en los rincones donde se reúne el polvo,

darán cuenta  de ti y te lo harán recordar

para saber de tu existencia.


Miguel Porcel

3 de diciembre de 2014

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por tu lúcida introducción.
M.P.

David Porcel Dieste dijo...

Gracias a ti por tu aportación. T.H.

David Porcel Dieste dijo...

Gracias a ti por tu aportación. T.H.

M. A. Velasco León dijo...

Muy bueno el poema como muy buena, y poética, la reflexión.
"Creemos ilusamente que el otro nos mira" reflejas mi infancia, bueno, y mi adolescencia.
"Sólo los restos, en los rincones donde se reúne el polvo,"
¡que impactante imagen!
Felicidades a los dos

David Porcel Dieste dijo...

Muchas gracias, Miguel Ángel. Un abrazo